Los habitantes del barrio Independencia y sus alrededores, en el sector San Juan, del Centro Histórico de Quito, sueñan con tener un área verde segura, con un mirador natural y senderos libres de basura, para que no solo los lugareños puedan disfrutar de este sitio, sino también turistas, para que la economía de la barriada además se pueda impulsar.

Sin embargo, ven ese deseo como algo lejano, porque sucede lo contrario, pues notan que además de haberse convertido en un botadero de basura y escombros, este espacio ubicado junto a una quebrada y a un costado de la calle Haití, ha empezado paulatinamente a transformarse en una guarida de delincuentes.

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EXTRA hizo un recorrido en el lugar y constató que a lo largo de los estrechos senderos hay carteras, billeteras y otros objetos que serían producto de los robos que cometen personas que llegan a refugiarse en el sector y que de a poco lo han ido adecuando.

Los pillos han llevado muebles viejos hasta la zona interna del bosque y han colocado plásticos, que utilizarían para cubrirse de la lluvia, aunque los árboles frondosos ayudan también a proteger a quien se encuentre bajo estos. Ángel Calvopiña, quien es morador, comenta que pasar por el sitio se ha convertido en un riesgo, sobre todo cuando el lugar está desolado o en la noche, porque los delincuentes aprovechan para asaltar.

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Otro problema en la zona es que, tanto adentro como afuera del área verde, llegan personas para hacer “cosas indecentes”, no solo irrespetando a los adultos, sino también exponiendo esta situación a los niños que transitan por el lugar, según menciona el residente. Diana Torres, también habitante, agrega que en el sitio se reúne gente a beber y confirma que se practican “actos obscenos” al aire libre.

La moradora sostiene que el sitio no recibe mantenimiento ni vigilancia de parte de sus propietarios, pero comenta que entre los vecinos se suelen unir para darle el cuidado que requiere, aunque en las últimas semanas, con el asentamiento de pillos, se les complica acercarse. “Todos estamos con la incertidumbre de cuándo nos pueda pasar algo (...)”, lamenta y añade que su hermano fue víctima de la delincuencia, pues unos sujetos que habrían salido de este lugar habrían ingresado a su inmueble y se habrían llevado ropa que colgaba en el lugar.

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Los residentes tienen claro que sería complicado que el IESS les done el terreno, pero quisieran que alguien del Municipio de Quito se acerque a conocer sus problemas para que intervenga y llegue a un acuerdo que les permita mejorar su seguridad y estilo de vida, porque el temor ha empezado a invadirlos.

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