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Opinión
Editorial: Quieren apagar la democracia
Proteger a la prensa libre es defender el derecho de todos a estar informados
La censura a la prensa ya no es solo un problema de gobiernos autoritarios o regímenes extremos; es una tendencia alarmante que se ha ido normalizando en toda la sociedad. Así lo advirtió la última reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa, donde se expusieron casos de hostilidad gubernamental que promueven la autocensura, además de la estigmatización y agresiones del crimen organizado como las principales amenazas para el periodismo libre en América.
En Ecuador, los medios han sido víctimas de esta realidad, sobre todo durante el correísmo, con la Ley mordaza de 2013 y el aparataje estatal que se usó para silenciar y controlar la información. Pero lo preocupante es que esta práctica se ha propagado a otros países.
La estrategia de desprestigiar a la prensa tiene como objetivo sembrar desconfianza entre los ciudadanos y debilitar uno de los pilares de la democracia: el acceso a la verdad.
Proteger a la prensa libre es defender el derecho de todos a estar informados. Callar al periodismo es apagar una de las pocas luces que aún iluminan la democracia.