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La quebrada de San Francisco se ha convertido en botadero de basura y escombros.Angelo Chamba

Entre quebradas y abandono

Barrio La Bota clama por intervención integral a las hondonadas que los atraviesan. Aguas servidas, escombros, invasiones y pestilencia es lo que deben sortear los vecinos.

¡Auxilio! piden los moradores del barrio La Bota en el norte de Quito, pues sienten que poco a poco son ‘devorados’ por dos quebradas, debido a su falta de mantenimiento.

EXTRA recorrió los puntos más vulnerables e identificó tres en las hondonadas de San Antonio y San Francisco. El primero está junto a la escuela Fray Jodoco Ricke, en las calles Camilo Cienfuegos y Primero de Mayo.

Un chorro de aguas servidas cae a unos cuantos metros de la puerta, donde centenas de niños entran y salen.

“Tengo a mis hijos allí y uno de ellos ya tiene sinusitis, además de problemas en la piel por la contaminación”, dice Carmen Sarzoza, moradora de la zona y dirigente barrial.

Hace pocos meses se colocaron mallas “para que al menos los chicos no se caigan a la quebrada”, pero no es suficiente. El talud se sigue cayendo y amenaza con ‘llevarse’ el asfalto de la calle Primero de Mayo.

“Hicieron un muro y pusieron mallas de contención, pero justo donde es más grave no pusieron”, reclama Carmen.

"Los vecinos pusimos tierra en la orilla de la quebrada para que no siga cayendo el talud. Pero necesitamos que haya intervención de las autoridades”.Laura Jiménez
Moradora

Escombros y basura

La quebrada San Antonio tiene mallas para que los niños no se caigan.Angelo Chamba

El otro punto está en la calle Luis Gómez de la Torre, esa es la quebrada de San Francisco. Allí los vecinos han intentado mantener el lugar con plantas. Incluso colocaron tablas para proteger la quebrada.

Unos metros más al norte todo cambia: hay montículos de tierra en la orilla de la hondonada. “Pusimos así para que no se siga cayendo el talud. Ha funcionado por ahora”, comenta Laura Jiménez, vecina de la zona.

Allí también hay un negocio de reciclaje de basura, que, aunque los encargados dijeron no ser los responsables del botadero de escombros y basura, los vecinos dicen lo contrario.

“Recogen lo que les sirve y el resto lo botan ahí mismo”, reclama Carmen.

Allí hay colchones, cobijas viejas, ropa, sillones, piedras, arena. Lo que ha empeorado la situación del talud. “Por lo menos se han ido abajo unos cinco metros de tierra con las últimas lluvias”, refiere Laura.

Al tercer punto, que es la unión de las dos quebradas, no se puede ni ingresar pues está invadida por personas sin techo y según los moradores son violentas. “Ahí no entra ni la policía”, comenta Carmen.

Desde lejos se pueden ver las casuchas ‘construidas’ con materiales reciclados. Un par de hombres se percatan de la presencia del equipo de EXTRA y se esconden. Es mejor salir de ahí.

Sin responsables

También se construye el sistema de alcantarillado al borde de la hondonada.ANGELO CHAMBA

En la quebrada San Antonio hay un puente colgante realizado con ayuda social. Las latas están destartaladas y quien pasa inevitablemente se marea.

“Ya hemos pedido mantenimiento pero resulta que estpa justo en la mitad de dos administraciones zonales”, explica la dirigente.

En efecto, estas problemáticas están en el limbo. EXTRA se comunicó con la Administración La Delicia, a donde pertenece el barrio, pero dijeron que no es su jurisdicción. Lo mismo con la Administración Eugenio Espejo.

Sin embargo, la Empresa Metropolitana de Seguridad, informó que se realizó una obra en la quebrada de San Antonio que incluyó limpieza, cerramiento, replanteo y nivelación, tendido de líneas de vida de seguridad, excavación de estructuras menores, desalojo de escombros, conformación de talud, tubería de drenaje, cunetas, colocación de geomanto para control de erosión, malla triple torsión y relleno compactado.

A pesar de ello, los moradores requieren que las aguas negras dejen de enviarse a la quebrada tanto por la erosión como por la contaminación ambiental.

La empresa también aseguró que es ejecutora y que son las Administraciones Zonales las encargadas de solicitar las intervenciones. Pero para eso hace falta saber a quién mismo le pertenece.

"Algunos nos organizamos para mantener los bordes limpios, pero no se puede controlar todo. Hay sitios donde si es preocupante”.Cristóbal Nolivos
Habitante