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Pruebas de coronavirus para los 'huéspedes' de las calles, en Quito
Al menos veinte personas que pernoctan en los alrededores del sector de la Basílica del Voto Nacional aceptaron realizarse el test
Desde hace cinco años, Marco Antonio, un guayaquileño, vive en las calles de Quito. Un rincón cerca de la Basílica del Voto Nacional, en el centro de la capital, se ha convertido en su cama. Allí comparte espacio con otras ochenta personas con experiencia de vida en calle. Ayer, él y 19 de sus compañeros se hicieron pruebas PCR de coronavirus.
Para Marco Antonio, la iniciativa permite que las personas que no tienen un hogar conozcan su estado de salud y saber si están contagiados de COVID-19, con el fin de evitar propagar la enfermedad entre el resto de la gente que viven en la calle.
En la zona, las brigadas de salud iniciaron las tareas la tarde del 9 de noviembre de 2020. Según Gabriela Quiroga, secretaria de Inclusión del Municipio, durante la pandemia han ofrecido albergues y comedores, pero hay muchas personas que no aceptan acudir a estos espacios. “Hay personas que, por diferentes motivos, decidieron hacer de la calle su hogar, incluso aunque esto implique peligros, insalubridad o desamparo”, menciona.
Opciones de ayuda
Durante los recorridos de salud, también se socializó con los habitantes de la calle la opción de ir al Hogar de Paz. Allí podrían bañarse, disfrutar de un plato de comida caliente y descansar en una cama y bajo techo. Además, en el punto se tomaron las muestras para la prueba de coronavirus. El proceso comenzó con una breve valoración: temperatura y saturación de oxígeno y luego la prueba nasofaríngea.
Carola Pazmiño, coordinadora del Proyecto Atención a Habitantes de Calle del Patronato San José, explica que estas actividades son todo un proceso y que diariamente realizan 80 acercamientos. “La respuesta de las personas que viven en calle, muchas veces es muy positiva, acceden porque consideran que los servicios que se brindan, como acogida, alimentación, baño y algunos otros, son servicios fundamentales para ellos”. Sin embargo, no todos están dispuestos a recibir ayuda.
De todas las personas con la que se conversó la noche del lunes 9 de nviembre, solo tres aceptaron quedarse en el Hogar de Paz, ubicado en El Tejar. Ya en el punto, cumplen con el protocolo establecido: baño y desinfección. Luego compartieron una charla con otras 22 personas y vieron una película.
En este sitio permanecen desde las 18:00 hasta las 07:00. Cuando terminan de desayunar, salen a sus actividades diarias. Algunos regresan en la noche a dormir.