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¡Sexo a lo 'escondidito'!
Los ‘chongos’ ilegales ‘florecieron’ a raíz de la emergencia sanitaria. La Intendencia de Policía y los gendarmes han descubierto cómo operan
El dormitorio es estrecho. Ahí solo caben una cama de una plaza y un servicio higiénico sin tapa. Esta es una de las improvisadas habitaciones de una casa en el Guasmo de Guayaquil, donde puertas adentro se vivían momentos de lujuria por dinero. Pero por fuera es otro ‘cuento’. No hay un letrero o un cartel que anuncie los servicios sexuales que se ofertaban. Todo es en ‘corto’.
El aspecto de la habitación deja en evidencia la escasa higiene del sitio. Sobre el tanque del servicio hay una pequeña jarra azul para asearse las partes íntimas. El agua proviene de una llave empotrada a la pared, a menos de un metro del piso. Y el ‘nidito’ de pasión es un colchón tan finito como una rodaja de queso, que hasta las rodillas se lastiman los clientes.
Transformar viviendas en prostíbulos clandestinos se ha vuelto un negocio bien ‘craneado’ por ‘sabiondos’, quienes aprovechan que los centros de tolerancia tienen prohibida la atención al público, como medida preventiva para evitar más contagios de coronavirus.
Estos ‘empresarios de lo ilegal’ se las ingenian para captar a sus clientes, pero las autoridades ya les van pisando los ‘talones’.
El ‘chongo’ ilegal antes descrito fue cerrado el 30 de diciembre de 2020 y se suma a otras recientes clausuras en similares condiciones, tanto en Guayaquil como en otros cantones del Guayas.
En uno de los últimos operativos realizados este 2021, la Intendencia de Policía del Guayas les ‘dañó’ la fiesta a cinco trabajadoras sexuales (dos de ellas extranjeras) y cuatro usuarios, quienes se encontraban en un cabaré irregular en la ciudadela Samanes 7, al norte de la urbe.
Lo llamativo de estos casos es la forma en cómo los implicados se organizan para complacer a los ‘chongueros’ al margen de la ley.
La institución detectó que este sitio era promocionado en una página web y que el propietario tenía otros establecimientos que no tenían autorización. En aquel portal digital se exhibía una especie de catálogo con las fotos de las sexoservidoras para que los interesados pudieran verlas.
El lugar era bien discreto por fuera. Tenía ‘pinta’ de una residencia cualquiera. Pero en el interior se hallaron juguetes sexuales, condones usados y lubricantes. En el momento del cierre no se encontraba el dueño del inmueble.
El 16 de enero pasado, en la cooperativa 6 de Noviembre, en el sector de la Isla Trinitaria, al sur de la ciudad, se clausuraron tres lugares donde se ejercía la prostitución ilegal. En estos sitios había 40 personas, entre clientes y sexoservidoras.
El coronel Francisco Zumárraga es el jefe policial del distrito Esteros, al cual pertenece la Trinitaria y en el que se han cerrado, en total, cuatro espacios clandestinos de este tipo desde noviembre de 2020 hasta enero de 2021.
El uniformado comenta que en este distrito se pudo determinar que los ‘duros’ de estos prostíbulos suelen captar a sus clientes mediante la entrega de folletos y hojas volantes.
“Utilizan una fachada distinta, de una tienda o de un lugar en donde venden cervezas”, menciona Zumárraga. Los involucrados suelen aparentar que están en alguna fiesta o en una celebración en honor a alguien, para no llamar la atención a su alrededor.
Una de las propiedades cerradas en el referido distrito, incluso, fue reincidente en esta infracción y se tuvo que intervenir nuevamente, acota el coronel. Es por eso que las rondas de vigilancia policial continúan en las zonas en donde ya se ha hecho operativos.
Ese ‘abre y cierra’ entre los dueños y las autoridades deja en claro que persiste el deseo carnal de los clientes, al punto de seguir buscando estos establecimientos ‘cochinos’ y sin medidas biosanitarias.
Eso sí, lo que abunda es la cerveza. No una ni dos jabas... ¡decenas! Ese es el otro negocio. En las clausuras se incauta buena cantidad de alcohol, como pasó en las tres casas de la Trinitaria.
Una acción similar se replicó en Naranjito el 9 de enero. Un hostal de aquella localidad era la fachada para la prostitución ilegal. El alojamiento había sido cerrado antes por la misma causa.
VIGILAN QUIÉN VIENE
El 16 de enero, en la cooperativa Realidad de Dios, en Monte Sinaí, en el distrito Nueva Prosperina, un prostíbulo en cuyo interior estaban 50 personas fue cerrado. Entre los objetos decomisados constan tres jabas de cervezas, dos parlantes y 12 tacos de billar, pues dentro se practicaba este juego.
Pero lo que le llama la atención al coronel Pablo Guachamín, jefe del distrito, es que también encontraran un radio transmisor, popularmente conocido como ‘walkie talkie’. “Se presume que ellos se comunicaban inmediatamente cuando los policías o alguna autoridad iban a llegar, para ponerse a buen recaudo y hacer como que nada pasa”, detalla el agente.
Esta precaución hace notar que todas estas actividades están planificadas y que no son eventos esporádicos. Por tal motivo, además de las labores de inteligencia de las unidades policiales especializadas, Guachamín destaca que en los vecindarios los habitantes deben alertar de todas estas actividades.
La cooperativa Balerio Estacio, también ubicada en el distrito Nueva Prosperina, igualmente ha sido blanco de estas acciones irregulares. Allí, en enero, en cambio dos discotecas ‘truchas’ fueron cerradas. Y aunque no se trató de prostíbulos, una de ellas era promocionada en redes sociales, como el ‘chongo’ de Samanes 7.
Estos ‘bailaderos’ están en el ‘ojo de la tormenta’ luego de que la Alcaldía interviniera en dos ocasiones la denominada Calle 8, en el suroeste de la urbe, donde farrearon en Año Nuevo en la vía pública y sin distanciamiento.