Washington Barclay, subteniente de policía de Calderón, se convirtió en el protector de una mujer, de 62 años, y su nieta, de 3. Ambas estuvieron a punto de morir en un siniestro que destruyó su casa.

Ocurrió en la Cuarta etapa de Carapungo, en el norte de Quito. “Mi compañero y yo estábamos por el Parque de la Juventud y unas personas nos informaron que había un incendio”, contó el uniformado.

Ambos andaban en moto y recorrieron dos kilómetros y medio hasta que llegaron a la calle Ignacio de Veintimilla, el pasado jueves. Allá los recibió el esposo de la adulta mayor. “Nos suplicó que lo ayudáramos porque adentro estaba su mujer y la niña”, explicó Barclay, de 25 años.

Él junto a otro uniformado comenzaron a inspeccionar cuál sería la mejor ruta para ingresar al domicilio, envuelto en llamas. Afuera, la gente miraba con horror cómo el fuego ‘devoraba’ la casa.

Una vecina, quien tiene su vivienda en la parte trasera, permitió ingresar a Barclay y al otro uniformado. Treparon un muro de bloques, subieron hasta el techo de la vivienda afectada y rompieron el zinc. Según el oficial, todo tardó no más de cinco minutos.

Una vez que abrieron el agujero vieron en un cuarto a la señora abrazando a su nieta. “Estaba en completo estado de shock. Lamentaba lo que había pasado con su casa”, recordó el oficial.

Sin dudarlo, le pidió a la mujer que levantara los brazos y así logró sujetarla. Con la ayuda de otras personas, se la pudo sacar. Lo mismo hicieron con la menor de edad.

Al tiempo, los miembros del Cuerpo de Bomberos llegaron y atendieron a las afectadas. Hasta ese momento, el fuego había sido aplacado por los moradores que corrieron en auxilio de las víctimas.

El esposo de la señora agradeció la acción que salvó la vida de su pareja y la niña. “Cuando me llamaron a decir lo que había ocurrido pensé lo peor”, detalló William Quiroz, hijo de la sobreviviente.

El pariente indicó que el incendio comenzó porque su padre cambió un cilindro de gas. Cuando intentó conectar la válvula de la cocina hubo una deflagración y todo se quemó.

Ahora, la familia se quedó prácticamente en la calle. Para pasar la noche, fueron recibidas en la casa de unos allegados.

Sin embargo, eso no será suficiente porque, según Quiroz, se requiere de ayuda para reconstruir el domicilio. “Estamos analizando la situación con nuestros familiares. Vinieron personas del Municipio, pero dijeron que si se debía derribar la casa, lo harán”, lamentó.