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Los damnificados intentan rescatar algunos de sus enseres.CARLOS KLINGER

Playas: 53 familias los han perdido todo por los aguaceros en la Costa ecuatoriana

Algunas han preferido quedarse con el agua hasta la cintura antes que abandonar sus hogares, aunque no tenían nada que rescatar

Cincuenta y tres familias playenses, damnificadas por el fuerte temporal invernal que afecta a la costa ecuatoriana, fueron acogidas en un albergue temporal habilitado por el Municipio del cantón, donde se les ha facilitado atención médica, vituallas y alimentos.

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Son más 170 personas las que perdieron todo y ahora claman por ayuda a las autoridades. La casa de acogida se encuentra en el Centro Intercultural Gran Cacique Tumbalá, al oeste del cantón.

Gisella Ramos, una de las acogidas en el albergue, relató los momentos de terror que vivió cuando las aguas empezaron a subir hasta llegarle al cuello y que tuvo que subir al segundo piso de su vivienda para mantenerse a salvo.

“A mi hijo (un menor de entre cinco y siete años) el agua le superaba. Estuvimos horas aislados hasta que los bomberos llegaron en un bote inflable para sacarnos. En otros lados pusieron cuerdas para que la gente pudiera salir de las casas sin hundirse”, contó y además calculó que pasarán al menos diez días hasta que pueda volver a su casa a corroborar qué quedó de ella.

Uno de los sectores más afectados por las intensas lluvias y la consecuente subida del caudal de los ríos, es el de Playa 2, donde las calles, todas de tierra, se encontraban a cubiertas de agua, lodo y los habitantes rogaban por ayuda a todos los vehículos que pasaban por el sitio.

Alita Suárez, una de las perjudicadas, narró que lo perdió todo. “La ropa, los electrodomésticos, los muebles, todo quedó flotando en el agua, nos hemos quedado sin nada. Pedimos ayuda al Gobierno y a la alcaldía, no tenemos donde ir”.

Esta es la misma situación que viven decenas de familias de este sector, muchas de las cuales tuvieron que abandonar su vivienda y sus pertenencias para salvar sus vidas, pues el nivel del agua superaba los dos metros de altura.

Familias enteras han acudido a albergues.CARLOS KLINGER

“Me estoy quedando en la casa de una amiga, hasta cuando pueda, porque como dice el dicho: ‘a los tres días el muerto ya apesta’. Cuando ya no me pueda quedar en su casa, no sé que voy a hacer, no tengo donde quedarme”, aseguró Mercedes Baque, otra de las damnificadas.

En este sector, la tarde de este miércoles 21 de febrero, pese a que no había llovido en más de 12 horas, los habitantes seguían sacando el agua y los enceres destruidos. Otras, fletaban camionetas y lanchas para sacar cualquier objeto de valor que lograron rescatar.

Los damnificados esperan que el cabildo y la Prefectura de la provincia se hagan presentes con maquinaria para rellenar las calles y drenar el agua que ha quedado estancada y que, además, ha provocado la proliferación de mosquitos y enfermedades como Dengue y paludismo.

Las lluvias pararon, pero siguen bajo el agua.CARLOS KLINGER

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