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¡Coma pescado para proteger al riñón!
Este órgano vital se afecta de forma secundaria tras el contagio de COVID-19. Una dieta reducida en sodio puede mitigar el daño
Entre el 1 y el 29 % de pacientes que han sido diagnosticados con coronavirus pueden sufrir daños en los riñones. Así lo determina el nefrólogo Milton Llangari, quien basa su criterio en estudios publicados.
Según el especialista, son tres las causas que podrían ocasionar el daño renal en los pacientes de COVID-19. La primera es una alteración en el sistema renina-angiotensina, encargado de regular la presión sanguínea, el volumen extracelular y el balance de sodio y potasio.
“En el caso de pacientes críticos que han pasado por terapia intensiva se da una falla multiorgánica. Se afecta el corazón y de forma secundaria el riñón. Esa sería la segunda razón por la que este órgano se puede afectar”, explica Llangari.
La última secuela está ligada a los medicamentos utilizados para tratar el coronavirus. Esta condición no solo se presenta en pacientes críticos. Esto debido a que por el momento no existe un fármaco específico que la cure, por lo que dentro del protocolo se usan antinflamatorios y corticoides.
Llangari describe que algunos pueden tener efectos nefrotóxicos o simplemente bajar las defensas del paciente, a tal punto que lo vuelven susceptible a infecciones graves.
“Todas las medicinas se excretan por vía renal... Cuando existe daño, el dolor no es un síntoma, sino los cambios en la orina (color, olor y textura)”, precisa.
El nefrólogo recomienda evitar la automedicación, ya que podría ocasionar daños mayores en el riñón y acudir de inmediato al especialista en cuanto note una molestia prolongada.
La comida es importante
Paulina Becerra , especialista en dietética, asegura que reducir las cantidades de sodio (sal) del menú ayuda significativamente a las personas con problemas en los riñones. “Es mejor preparar las comidas de cero porque así se puede controlar cuanta sal consumimos. Esto a diferencia de los alimentos que ya vienen listos”, revela.
Tampoco es buena idea la ingesta de productos congelados o enlatados. Sus niveles de sodio son muy elevados, confirma.
La especialista destaca que los alimentos frescos serán siempre la mejor opción. Aunque la sal no se puede reemplazar, existen algunas hierbas que pueden darle sabor a las comidas.
Hay también alimentos que ayudan a proteger a los riñones o, al menos, evitan que trabajen más de lo necesario.
En este grupo se encuentran las proteínas, presentes en las carnes y granos. “La porción adecuada es del tamaño y grosor de la palma de la mano. Puede preparar pollo, pescado o carne. Es mejor al vapor que frita, los fritos siempre son perjudiciales para la salud”, detalla.
El mismo modo de cocción se utiliza con los granos como fréjol, lenteja o garbanzo.
Poco fósforo
Una dieta reducida en fósforo también beneficia al riñón, ya que este componente se acumula en la sangre, lo que causa que se extraiga el calcio de los huesos. Esto también los debilita y hace el tejido más delgado. “Está presente en la papa, los espárragos, las nueces, la avena, las gaseosas y el pan. Así que se debe disminuir su consumo”, refiere.
Según Becerra, cuando los riñones no funcionan de forma adecuada causan que el potasio se acumule en la sangre, lo que produce también serios problemas cardiacos.
“Debe incluir en el menú frutas como la manzana y el durazno. También se puede sustituir la leche regular por leche de arroz. Consumir jugo de manzana o de arándanos es muy bueno para el riñón”, concluye.
Hidratación
La médica internista Mónica Carrillo insiste en que la ingesta de agua debe ser constante durante el día. “Mantenerse hidratado permite que los riñones funcionen correctamente y eliminen todas la sustancias que les hace daño. Deben ser al menos dos o tres litros de agua, explica.
Chequeos posteriores
Si una persona se ha recuperado de coronavirus, pero luego tiene molestias en los riñones, es necesario que se realice controles para confirmar que este órgano está sano. “Un análisis de orina determinará la cantidad de albúmina que tiene una persona. Con un examen de sangre se puede definir la presencia de desechos que tiene un organismo”.