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La vida de una persona con discapacidad puede estar en peligro sin un guía 'peludo'
El paciente y el animal de asistencia son un binomio que forma unidad.
No fue fácil para Estela adaptarse a vivir con un perro de asistencia. El problema no fue Samu, un labrador entrenado para ser los ojos de la mujer, de 47 años. El verdadero reto “fue educar a la gente” sobre la discapacidad y las herramientas de apoyo que existen. Samu es una de ellas.
“Pese a que los perros guías llevan una identificación, las personas no los reconocen. He tenido problemas incluso para usar el autobús, pues a él (can) le niegan la entrada”, explica.
Para ella, esto es un tema cultural. La sociedad invisibiliza a quien es diferente, menos aún piensa en que “sus necesidades también son diferentes”, agrega. Por lo que para evitar un mal momento no acude a ciertos lugares en los que Samu no es bienvenido, como algunos restaurantes, tiendas, incluso supermercados.
“El problema es que muchos creen que un carnet de discapacidad —que en su caso es de 82 %— o un perro guía es un privilegio. No entienden que es solo el sentido de la vista que me falta”.
Persona no vidente
La ley
Pero la realidad que vive Estela no es aislada, hace unos días, otra mujer denunció en redes sociales que no le permitieron el ingreso a una conocida cadena de comida de mar con su perro de asistencia.
La justificación de los empleados era el aforo, reducido por la pandemia. El restaurante emitió un comunicado en el que hablaba sobre una falta de criterio del empleado que negó la entrada a la mujer, incluso el escrito refiere que se aplicó un correctivo.
Aunque la normativa es clara, la discriminación a las personas con animales de asistencia es “recurrente” en Ecuador.
Estas irregularidades pueden denunciarse en el Consejo Nacional para la Igualdad de Discapacidades (Conadis). En el artículo 59 de la Ley de Discapacidades consta que las personas con discapacidad tienen derecho a ser acompañadas por auxiliares animales debidamente entrenados y calificados para cubrir sus necesidades.
La permanencia y acompañamiento deberá permitirse en cualquier espacio y ambiente en el que la personas ingrese. “Ninguna disposición pública o privada podrá impedir la libre circulación y el ejercicio de este derecho, a excepción de los centros de salud”, reza la normativa.
Desconocimiento
Para Juan David Palacino, director ejecutivo de la Fundación AMA con el proyecto Bocalán Ecuador, que se encarga de adiestrar animales de asistencia para personas con problemas en su salud, el dilema recae en que no existe una difusión masiva sobre los perros de asistencia, cómo reconocerlos y bajo qué parámetros un lugar debe pedir a la persona su carnet de discapacidad.
Cuando alguien necesita una animal de apoyo constituyen un “binomio que funciona como una unidad, son inseparables. El perro de asistencia es una ayuda técnica como una silla de ruedas, una muleta o un bastón”, describe.
Director de Fundación AMA
Para tener acceso a los animales de asistencia se debe contar con un carnet de discapacidad, ya sea física o mental.
Así como los restaurantes y autobuses tienen zonas para las personas con sillas de ruedas, según Palacino, deben contar con un área para los animales de asistencia.
Se trata de perros entrenados para colocarse, casi siempre, bajo la silla de la persona a la que apoyan. De esta manera no bloquean pasos, con lo que se evitan accidentes.