‘Péker La Maravilla’ aún no podía descansar en paz hasta el mediodía de este 17 de julio, debido a que su sepelio no podía realizarse por la falta de una autopsia. Por eso, sus familiares llevaron sus restos al Centro de Medicina Forense de Esmeraldas para cumplir con este procedimiento, indispensable para que se autorizara su entierro.

Según Girabel Quinteros, tía de Péker, ellos no realizaron el trámite para la autopsia por desconocimiento y porque no contaban con alguien que los orientara. “Si hubiéramos sabido que había que hacer la autopsia lo hacíamos, pero nadie nos dijo nada, ni en el centro de salud donde lo llevamos ni la policía”, se quejó la pariente del joven, cuyo nombre era Royer Esneider Tenorio Quintero.

Los familiares de Péker estuvieron varias horas en los exteriores del Centro Forense esperando a que se realizara el procedimiento forense, pero hasta el mediodía no recibían la ayuda que estaban solicitando, ya que para sepultarlo necesitaban un certificado que indicara las causas del deceso.

“Cuando en el centro de salud nos dijeron que había muerto, yo me lo llevé a la casa. No tenía cabeza para otra cosa porque mi hijo se había suicidado. Mi hijo tiene más de 24 horas de fallecido, está hinchado y no podemos enterrarlo. El niño debía ser sepultado y ahora no sabemos cuándo va a poder descansar en paz”, se quejó Verónica Quintero, madre de Péker.

Sin embargo, pasadas las 17:00 del lunes 17 de julio, se supo que la familia de Péker pudo despedirlo, luego de que resolviera el asunto legal de su sepultura.

Escasos recursos

La familia de Péker La Maravilla es humilde. Su padre no tiene trabajo fijo y su madre está desempleada y también padece una discapacidad que le impide caminar con facilidad.

Por eso, para velar y sepultar a su pequeño hijo solicitaron ayuda a las autoridades y a personas de buen corazón. El gobernador de Esmeraldas, Frickson Erazo, les donó el féretro y otras personas se han hecho presentes con alimentos, medicinas y otros enseres.

“Si no hubo quien lo ayude en vida, por lo menos esperamos que lo ayuden ahora que está muerto. Porque él siempre decía que quería volar y no ha podido hacerlo por todos los inconvenientes que se nos han presentado”, agregó doña Verónica.

Al velatorio, que se realizó en la casa de su abuela en el barrio Bellavista Norte, acudieron familiares y amigos del intrépido Péker, quien se hizo famoso a finales de 2017 por un video que se viralizó en redes sociales y en el cual pronunciaba con dificultad la frase: “Aquí nos quedamos hasta que nos vengan a ver”, la cual tiempo después se convirtió en una canción.

“Hasta cuando nos volvamos a ver en el cielo mi querido amigo. Dios te acoja en su santa gloria, me despido con gran tristeza en saber que siempre fui un motivo de inspiración y motivación para que seas un gran artista, en mi corazón quedarán grandes experiencias vividas. Siempre seré tu ángel negro, como me solías decir”, expresó Didier El Soldadito, su socio en la música.

Amigos como Jonathan Vega, quien estuvo presente en su velatorio, recordaron a Péker como un guerrero que siempre mostró su sonrisa. “Él podía estar destrozado, destruido por dentro, pero siempre sonreía, trataba de mostrarse alegre”, aseguró Vega.

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