Patitas son las que van a sobrar desde ahora en la Catedral de Guayaquil, tanto que podrían generar ruido, ladridos y dejar botados pelitos.

La principal iglesia de la urbe porteña será la nueva ‘sede’ de sensibilización en cuanto a derechos de animales de compañía se trate, según Eliana Molineros, directora de Bienestar Animal, departamento del Municipio que vela por los animales.

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Pero esto no sucedió de un momento a otro, sino que tuvo que generarse un ‘relajito’ en redes sociales para que se tomara esta decisión.

El 19 de febrero, un sacerdote de la Arquidiócesis de Guayaquil publicó un anuncio en el que ofertaba cachorros de raza Labrador a cambio de 600 dólares por cada uno.

En la imagen se comunicaba que los habían recibido como donación para realizar obras estructurales en la parroquia, por lo que decidieron ponerlos a la venta para recaudar los fondos necesarios para esa tarea.

Sin embargo, en X (antes Twitter) varios usuarios como @laulauls27 no estuvieron de acuerdo con la promoción de los dulces cachorros y se manifestaron.

“Cabe recalcar que solo los establecimientos avalados por Agrocalidad (agencia regulatoria de asuntos veterinarios) son los que pueden comercializar animales. Según las leyes, esta es una actividad ilegal si no se cuenta con el permiso”, refiere Estefanía Pareja, activista de la Fundación Rescate Animal.

Ella, además, considera que esto es “antiético”. “Primero, para la persona que donó los cachorros y, aparte, para la persona que los intentaba vender. Tal vez lo hicieron por desconocimiento, pero de igual manera se está lucrando con vidas sin saber que Ecuador es el único país en el mundo en el que los animales tienen derechos en la Constitución”, enfatiza la activista.

Para Estefanía, lo recomendable era poner en adopción a los seis cachorros (cuatros hembras y dos machos). Eliana Molineros, de Bienestar Animal, asegura que eso es lo que se hará.

Ella cuenta a EXTRA que el 19 de febrero recibieron la alerta y que inmediatamente se pusieron en contacto con la persona encargada. “Nos reunimos con él y alegó que un feligrés, en buena voluntad había propuesto esta idea, contribuyó de esa manera (con los cachorros). Lo que se hizo fue sensibilizarlo y explicarle que incluso la venta por internet está prohibida y él dijo que desconocía completamente de la normativa que rige en la ciudad”, detalla.

Molineros explica que no es solo explicar la norma sino también el trasfondo: “los animales no son para reproducción”, dice la directora.

 

Ella finaliza con la resolución de esa reunión: los cachorritos abundarán porque les ‘abrió’ las puertas de la Catedral para realizar campañas de socialización, sensibilización y adopción de animales de compañía.

EXTRA intentó comunicarse con la persona encargada de los perros; sin embargo, no tuvo respuesta. Además, en la iglesia detallaron que todas las consultas sobre ese tema debían realizarse por vía telefónica. 

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