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Familia

Haz que tu hogar sea un lugar en el cual te quieres refugiar. Evita los 'pitos' innecesarios en 'caleta'.Álex Lima / EXTRA

Tu pareja prefiere pasar más tiempo en el trabajo que en la casa

Son varios los motivos: podría ser trabajólico; busca ser indispensable en el camello y así llenar un vacío existencial; etc. Si el ambiente es agradable, solito llega; si es puro ‘pito’, lo espantas.

Estás cansado por la jornada laboral y aun así quieres estar más tiempo en el ‘camello’. No te importa ser el primero en llegar y el último en salir, todo con tal de asomarte tarde por la casa.

¿Qué puede llevar a este comportamiento? La psicóloga clínica Mariana Bermúdez señala los motivos. Uno es haber desarrollado una adicción al trabajo (ser trabajólico). Otra razón sería tratar de llenar un vacío existencial, buscando la aprobación y el reconocimiento en su trabajo, queriendo ser indispensable.

Hay un tercer motivo: la aparición de un (a) amante. O sencillamente la persona no quiere estar en casa porque hay ‘pito’, recriminaciones, quejas, malas caras de su pareja.

Algunos no quieren llegar a la casa porque les toca hacer parte de los quehaceres domésticos (bañar a los niños, ayudar en su alimentación, etc.).

Su colega Juan Carlos Morocho manifiesta que pueden presentarse agresiones verbales, por las cuales el individuo va a ver todo lo negativo del otro y va a considerar que su pareja solo le causa problemas, malestares, que su casa se vuelva un infierno y lo que más va a querer es distanciarse.

El trabajo puede convertirse en 'amante'

Es necesario el equilibrio en todo, hasta en el área laboral. El exceso de ‘camello’ puede afectar las relaciones.

“El trabajo puede convertirse en una especie de ‘amante’ que le quita a la familia a uno de sus integrantes en tiempo, prioridad, periodo de calidad o construcción familiar”, advierte Bermúdez, quien sostiene que la pareja se siente abandonada y los hijos heridos por la indiferencia, que se percibe como abandono.  

EXTRAtips

1. Hagan del hogar un sitio de paz. Tu casa debe ser el refugio en el que tu familia quiere estar. Hagan de este lugar un ambiente agradable.

2. Confianza y diálogo. Conversen lo que les aqueja o causa malestar. A un lado las recriminaciones y las actitudes a la defensiva.

3. Busquen ayuda. Háganlo cuando experimenten problemas desde la parte social con la pareja. Cuando los ‘pitos’ influyen en sus actividades cotidianas, su forma de ser y estado de ánimo, entonces acudan a un terapeuta. Si el otro no quiere ir, respeta la decisión y anda tú.

4. Tu pareja no es un enemigo. Que no pone de su parte, que solo hace las cosas en tu contra... Ese tipo de pensamientos puede generar agresividad en palabras o acciones (no te deja dormir en la cama, no te habla, etc.).

5. Si llegas y todo es problema, respira. Calla en momentos de tensión, porque al calor de la discusión se pueden decir palabras hirientes.

6. Estando en casa, desenchúfate del trabajo. Aprende a ubicarte en los espacios. Tu familia lo necesita.  

“Ellos desarrollan más la adicción al trabajo que ellas. La razón: la presión social y su validación personal con base en resultados económicos”.
Mariana Bermúdez, psicóloga clínica
No trates de controlar a tu pareja, solo conversa con ella sobre tu malestar.Álex Lima / EXTRA
“Si en casa no está hallando su tranquilidad, posiblemente se dé paso a la infidelidad, la cual va a depender de los valores del individuo”.  
Juan Carlos Morocho, psicóloga clínica