Exclusivo
Actualidad

La palabra “gatillero” está escrita sobre una pared de la cooperativa 28 de Agosto. En este sector se han registrado varias muertes violentas.Miguel Canales

¡Niños con ‘sueños’ de sicarios!

La dura confesión de un menor de edad a un jefe de la Policía deja entrever el grado de penetración de la narcocultura en la sociedad.

Aún no ha terminado la escuela, pero ya cree saber lo que quiere ser de grande: “sicario”. Y no es un juego. Esta dura respuesta, como un puñetazo en el rostro, desconcertó al coronel William Calle, jefe policial de Durán, cantón de la provincia del Guayas, quien esperaba una inocente réplica a su pregunta.

Aquella tarde el oficial realizaba un control por algunas zonas de esta localidad, donde las paredes de las casas están ‘adornadas’ con los retratos de presuntos sicarios asesinados a bala y los nombres de organizaciones criminales colorean los vecindarios. De pronto se encontró con este breve y contundente testimonio de un menor de edad de 12 años.

Los sueños de aquel muchacho se reducen, al parecer, a sus experiencias marcadas por la narcocultura que ‘endulza’ a los adolescentes y jóvenes y los introduce en el mundo de la delincuencia, que conlleva droga, robo y muerte.

Calle sostiene que las bandas delictivas grafitean los muros de viviendas y espacios públicos con la intención de marcar su territorio para el expendio de sustancias y que su finalidad es “lavarles el cerebro” a los muchachos para introducirlos en la delincuencia.

Paredes con frases alusivas a organizaciones criminales y retratos de presuntos sicarios baleados ‘adornan’ algunos sectores de este cantón guayasense. Expertos consideran que la intención de estas bandas es marcar el territorio para el expendio de droga y ‘lavarles’ el cerebro a los ‘pelados’.

“Comienzan hablándoles de Dios, luego les meten su ideología, hasta hacerlos cómplices de sus fechorías. Estas bandas se creen el Robin Hood del barrio. Cómo es posible que un jovencito diga “quiero ser sicario porque ellos cobran bien y hacen unas buenas vueltas”. Esto es terrible, el problema narcodelictivo no es de ahora, tiene años”, sostiene el jefe policial.

Diego Javier Flores Montoya, conocido como Caballo Garañón, fue dibujado en la pared de una cancha de la ciudadela Primavera 2.Cortesía

De acuerdo con la información de la Policía, Durán es el tercer distrito, detrás del Sur y Nueva Prosperina, donde se registran más muertes violentas en la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón). Hasta el 8 de julio pasado, solo en este cantón 34 personas han sido asesinadas en este año. El circuito más peligroso es El Arbolito (ver cuadro).

La primera semana de junio los rostros de dos presuntos sicarios, Diego Javier Flores Montoya y Erick Gregory Soria Tomalá, fueron plasmados en varios muros, en forma de homenaje. “Pero estas no son personas dignas de seguir, ni ejemplo para la juventud. El concepto de mártir es aquel que muere por un ideal, por una causa; pero qué causa van a tener si se pasan asesinando y vendiendo droga”, cuestiona Calle.

Ante estos hechos que resaltan la problemática delictiva de Durán, el segundo más poblado de la provincia del Guayas con 230.839 habitantes (según el censo de 2010), EXTRA consultó a dos expertos: Carlos Tutivén, profesor de Sociología de la Facultad de Comunicación de la Universidad Casa Grande, y el psicólogo y sociólogo Eduardo Roldós Arosemena. Ellos coinciden con el jefe policial de Durán e indican que el propósito de los grupos delicuenciales es idealizar a los ‘caídos’ y delimitar su territorio.

El 40 % de los sicarios vive en el cerro Las Cabras, pero los crímenes no los cometen en ese sitio. Allí se entrenan, en su mayoría son Chone Killers”.William Calle,
jefe de Durán

Tutivén explica que estas agrupaciones tienen dos grandes motivaciones: una implica territorialidad, es decir visibilizar el dominio de un espacio para cometer sus actos delictivos, y la segunda es intimidar, porque a su criterio el modo de gobierno de las pandillas siempre ha estado ligado a la violencia y al terror que ejercen sobre sus propios miembros y más aún sobre sus rivales.

Erick Gregory Soria Tomalá, alias Yoguito, asesinado el 4 de junio, fue pintado sobre el muro de una casa de la ciudadela Maldonado.Cortesía

“Su advertencia casi siempre es clara. ‘Estos son nuestros ‘caídos’, esto se va a cobrar, estos son nuestros mártires’. Una pared es un espacio público y los mensajes son para los grupos delincuenciales contrarios, a quienes indirectamente se les dice: ‘Nosotros somos la ley y hacemos justicia con nuestras manos’”, explica el catedrático.

Advierte que las imágenes tienen muchas lecturas y la intención es enviar un mensaje claro a los rivales. Sin embargo, considera que los grafitis deberían ser un llamado de atención para las autoridades, pues en muchas ciudades los espacios públicos están abandonados por la autoridad y han sido conquistados por la delincuencia, sobre todo en los sectores populares.

Es un mensaje para las otras pandillas. Exhibir el rostro de los ajusticiados es una tradición de los criminales, como decir: ‘Nosotros somos quienes hacemos la ley’”.Carlos Tutivén,
profesor de Sociología

Roldós sostiene que las bandas criminales locales emulan las costumbres y el modismo de agrupaciones delictivas de otros países, para de esa manera recordar a sus ‘caídos’ resultado de la guerra narcodelictiva que se ha desatado por la lucha de espacio para el expendio de estupefacientes.

“Pintan las paredes para recordarlos. En una cultura adoptada de organizaciones criminales de países de Centroamérica. Lastimosamente copiamos lo malo”.

Presuntos miembros de bandas delictivas se reúnen en lugares poco concurridos. Atrás se lee ‘Zona Killer’.Cortesía

Chone Killers vs. Latin Kings

¿Pero quiénes eran las dos personas asesinadas en Durán y cuyos rostros fueron dibujados en las paredes de un domicilio y de un parque? El coronel Calle explica que Flores Montoya, alias Caballo Garañón, baleado el 1 de junio en la ciudadela Abel Gilbert, tenía un proceso por tenencia y porte de armas; sin embargo, la justicia le seguía los pasos por su presunta vinculación en otros hechos delictivos.

Montoya, de 26 años, era presuntamente miembro de la organización delictiva Latin Kings y su cara fue retratada en una cancha deportiva de la ciudadela Primavera 2.

El rostro de Erick Gregory, alias Yoguito, presunto miembro de los Chone Killers, asesinado el 4 de junio, también fue retratado, pero en un muro de la casa de sus familiares, en la ciudadela Maldonado. Él tenía dos procesos en 2020, uno por droga y otro por asesinato. También estuvo inmerso en una balacera en el centro de Guayaquil.

Asesinatos: En 2019, cinco menores de edad fueron investigados por este delito en la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón). En 2020 fueron 10 y en lo que va de 2021 ya van 14, según la Policía.

Calle explica que los Chone Killers, liderados por Benjamín Camacho, alias Ben 10, controlan el 80 por ciento del expendio de la droga; mientras que el restante 20 por ciento es dominado por los Latin Kings, comandados por Carlos Saaverio, alias el Diablo. No obstante, el jefe policial afirma que con el asesinato de Jorge Luis Zambrano, alias JL o Rasquiña, en diciembre pasado, surgió otra banda criminal, Los Lobos, cuyos miembros también se disputan el control del microtráfico en Durán.

Supervisión de espacios

El director de Justicia y Vigilancia del Municipio de Durán, Alfredo Yuquilema, expresa que tras la aparición de los grafitis que hacen alusión a bandas criminales, el Cabildo ha tomado “cartas en el asunto” y no solo ha repintado las paredes, sino que también realiza una campaña con artistas que desean realzar su arte dibujando mensajes positivos.

“Durán es un cantón grande, hacemos controles por los lugares más complicados. Por la pandemia no hemos podido, pero vamos a reactivar las actividades deportivas en las canchas y bailoterapias en los parques”, sostiene el funcionario.

Afirma que la finalidad es retirar de los espacios púbicos a las personas que acuden a delinquir y fumar y que para eso se realizan operativos en conjunto con agentes policiales.

“Si ven grafiteando o manchando una pared, la ciudadanía puede acercarse a denunciar en nuestras oficinas o hacerlo a través de las redes sociales”, recomienda Yuquilema.