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Las tres poderosas redes de la mafia extranjera que asfixian a Ecuador
Un estudio de InSight Crime deja al descubierto cómo se han enquistado grupos colombianos, mexicanos y albaneses en el país
Unos 11.000 presuntos terroristas han sido detenidos en Ecuador desde que el Presidente de la República, Daniel Noboa, le declaró la guerra a 22 bandas criminales del país en enero de 2024. Paralelamente, se han asestado importantes golpes contra redes transnacionales que han dejado al descubierto cómo se han enquistado ‘narcotentáculos’ extranjeros en el país.
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En su más reciente análisis, InSight Crime, centro de pensamiento internacional especializado en crimen organizado y seguridad ciudadana en América Latina y el Caribe, explicó que son tres las mafias que han establecido operaciones ilegales: colombianas, mexicanas y albanesas.
Tras recordar que Ecuador se encuentra en medio de los mayores productores de cocaína del mundo, Perú y Colombia, el análisis se centra en establecer que las costas y grandes puertos ecuatorianos se han convertido en una pista de despegue ideal para cargamentos de droga a Estados Unidos y Europa.
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“Estas OTD internacionales envían intermediarios y emisarios para subcontratar y coordinar los envíos de cocaína, pero hay pocas pruebas de que interfieran directamente en la dinámica o los conflictos internos de las pandillas ecuatorianas”, explicaron.
Añadieron que su principal impacto es financiero, ya que se dedican a “contratar” grupos locales especializados en el transporte de cargas, redes de despacho, cadenas de pandillas, sicarios e incluso funcionarios corruptos, tal y como se ha develado con las recientes investigaciones de la Fiscalía como los casos Metástasis y Purga.
Disidencias colombianas
El estudio hace un breve repaso por la historia de la incidencia de las desaparecidas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Ecuador señalando que estas llegaron en 1990 creando enormes redes de tráfico de drogas, armas y suministros en zonas limítrofes.
Las provincias de Esmeraldas, Carchi y Sucumbíos limitan con los departamentos de Nariño y Putumayo, las dos regiones con mayor producción de hoja de coca y procesamiento de cocaína de Colombia. Estas zonas eran controladas por las FARC pero, tras las negociaciones de paz que terminaron con la dejación de las armas en 2016, bastas áreas que no fueron tomadas por el Estado colombiano empezaron a caer en manos criminales.
“En la actualidad, al menos tres grupos colombianos operan a ambos lados de la frontera: Los Comandos de la Frontera (CDF), el Frente Oliver Sinisterra (FOS) y el frente Urías Rondón. Estos grupos, todos ellos pertenecientes a las ex-FARC mafia, controlan los principales puntos de paso para el transporte de cocaína hacia Ecuador. Su presencia se extiende también a las provincias fronterizas”, explica InSight Crime.
Y, aunque los grupos colombianos subcontratan a bandas ecuatorianas la logística para el envío de los alucinógenos, pareciera, de acuerdo a la investigación, que estarían desconfiando de las labores de los criminales locales por lo que estarían tratando de ingresar de una manera más directa al país.
“Las fuerzas de seguridad ecuatorianas encontraron cultivos de coca a pequeña escala e instalaciones de procesamiento de cocaína en las zonas fronterizas de Carchi y Sucumbíos en agosto de 2023. Los grupos criminales colombianos han capitalizado la mínima presencia del Estado y han utilizado estos enclaves de coca a pequeña escala como laboratorios para experimentar con la cristalización y refinación de clorhidrato de cocaína en territorio ecuatoriano”, se consigna en el estudio.
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Los carteles mexicanos
En cuanto a la presencia de redes mexicanas, al parecer estas estarían cambiando su modus operandi debido a recientes golpes que las autoridades de seguridad ecuatorianas les han dado. En noviembre de 2021 fue detenido Brayan Rodríguez, un coordinador del Cartel de Sinaloa que cumplía tareas de vigilancia en Ecuador. Este cartel es asociado a Los Choneros.
En efecto, se tenían identificados enlaces con una red de transporte en el país establecida por intermediarios colombianos y transportistas ecuatorianos que trabajaban directamente para líderes del Cartel permanentemente, pero estos empezaron a estar bajo la vigilancia de las autoridades.
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“Cuando estas figuras fijas se convirtieron en objetivos cada vez más importantes para las fuerzas de seguridad ecuatorianas, el Cartel de Sinaloa cambió de táctica. En la actualidad, el grupo alterna coordinadores que trabajan con diversas pandillas, especializadas en distintos métodos de transporte, como narco vuelos clandestinos, lanchas rápidas y contenedores contaminados en grandes embarcaciones de carga”, se lee del informe.
Además del cartel de Sinaloa, también se han detectado movimientos de su mayor competidor, el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Sobre esto, el estudio explica que casi al tiempo que esta llegó al país, hubo algunas pandillas como los Chone Killers, Los Tiguerones y Los Lobos que rompieron lazos con Los Choneros, estableciendo una alianza para combatirlos. A esta la llamaron 'Nueva Generación', por lo que se presume que es por sus vínculos con el CJNG.
La mafia albanesas
La historia ubica el 2009 como el año en que las mafias balcánicas empezaron a incursionar en Ecuador. En ese momento un ciudadano albanés fue acusado de crear una empresa fachada para esconder el envío de cocaína a Europa. Y, aunque en esa época funcionaban como una especie de representante de la poderosa mafia italiana Ndrangheta, en los últimos 15 años los albaneses se han independizado.
“Los agentes albaneses en Ecuador suelen estar vinculados a redes descentralizadas, como la ‘Kompania Bello’ y el Clan ‘Farruku’, con tentáculos en otros países latinoamericanos y en Europa. Pero estos agentes rara vez forman parte de una estructura jerárquica y, aunque suelen trabajar juntos, a veces compiten, y de forma violenta”, explicaron.
El propósito de estas redes albaneses es negociar acuerdos con proveedores de Colombia y grupos de distribución ecuatorianas y lavar dinero. Los nexos de los albaneses con bandas locales son logísticas y no exclusivas, suelen aliarse a cualquiera que les preste el servicio que necesitan con las mejores garantías y al precio más bajo.
“Aunque su presencia es a veces transitoria, muchos emisarios albaneses han establecido su residencia a más largo plazo en Ecuador, adquiriendo empresas frutícolas y madereras, así como negocios de importación y exportación, como forma de lavar sus ganancias ilícitas y mover cocaína. También se les conoce por ensuciarse las manos, llevando a cabo sus propios asesinatos en lugar de contratar a sicarios locales”, concluyeron en InSight Crime.
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