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Mónica Gordón: El trágico asesinato de la dirigente del 'Papá' Aucas en 2013
Fue atacada a tiros el 29 de agosto de 2013. El mismo día en que se realizaban las elecciones del Ídolo del Pueblo, en Quito. Esto fue lo que pasó
El 29 de agosto de 2013 fue un día trágico para el fútbol ecuatoriano, pues Mónica Gordón, dirigente de la Sociedad Deportiva Aucas, fue asesinada. El hecho violento ocurrió en la misma jornada en que se desarrollaban las elecciones para la presidencia del Ídolo del Pueblo y la lista de Gordón era la única que se había inscrito, por lo que fue la ganadora. Sin embargo, ella no pudo disfrutar de la victoria.
Gordón fue atacada en las instalaciones de su empresa familiar, en el sur de Quito, mientras se encontraba en compañía de su padre y sus dos hijos menores de edad. La dirigente fue proclamada presidenta posmortem.
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Y aunque el ataque coincidió con la jornada de elecciones del ‘Papá’ Aucas, el crimen -según las investigaciones- no tuvo relación con lo deportivo, sino con lo empresarial, debido a que Mónica Gordón habría descubierto el desvío de grandes cantidades de dinero dentro de su empresa.
El principal sospechoso de la muerte de Mónica Gordón
El principal sospechoso: Gerardo Ushiña, quien era el gerente financiero de la empresa. Él y otro individuo, David Yela, fueron capturados pocos días después y luego sentenciados a 25 años de reclusión mayor extraordinaria.
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Ambos habrían planificado el crimen al descubrir que Mónica Gordón había identificado un desfalco en las cuentas de su empresa, que alcanzaba los 368.480 dólares. Para ocultar el desvío de fondos, contrataron a un sicario, quien llevó a cabo el asesinato.
Tercer implicado en asesinato de Mónica Gordón
En este caso hubo un tercer implicado, quien presuntamente ayudó a movilizar al autor del crimen y a escapar tras el hecho. Estuvo prófugo hasta mayo de 2018, cuando fue detenido por la Interpol en Colombia. En 2019, fue sentenciado también a 25 años de reclusión mayor extraordinaria.
La Fiscalía demostró que este último individuo utilizaba una identidad falsa bajo el nombre de Juan Chávez y, junto con Gerardo, coordinó cada detalle del asesinato. La justicia concluyó que los involucrados actuaron con total frialdad para encubrir sus delitos financieros, culminando en uno de los casos más impactantes del deporte ecuatoriano.
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