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Un migrante ecuatoriano murió en Estados Unidos y su cuerpo no ha podido ser repatriado
Clemente Valladares salió desde Azuay en abril del año pasado y en diciembre se accidentó mientras trabajaba. Se rompió el cuello y estuvo en coma tres meses. Su familia no tiene dinero ni para comer.
Clemente Valladares intentó vencer la adversidad que atravesaba él y su familia, pero la muerte lo alcanzó lejos de casa. El ecuatoriano, de 35 años, murió en Nueva Jersey, Estados Unidos, y ahora su familia no sabe qué hacer para traer su cuerpo.
Su deceso se confirmó el pasado 4 de marzo, en el hospital de aquella ciudad, al que fue llevado luego de caer desde la parte alta de una casa. “Tenía roto el cuello y la columna. Era muy probable que quedara parapléjico”, contó a EXTRA su hermana, Dolores Valladares.
La desgracia estuvo presente en la vida de Clemente, apenas puso un pie afuera de su hogar. Él salió de un caserío llamado San Antonio, en Molleturo, Azuay, el 10 de abril de 2022. “Tomó un vuelo directo a Panamá y luego cruzó a pie toda esa selva”, recordó Dolores. Su hermano se lamentó de haber hecho esa travesía porque era demasiado dura.
A veces debía ayudar a otros migrantes que caminaban junto a él. Los cargaba y les daba ánimos, pero él lloraba cada que conversaba con su familia.
Lamentablemente no podía dar marcha atrás porque había adquirido una deuda de 20 mil dólares para llegar a Estados Unidos. Luego de eso llegó a Ciudad Juárez, en México, donde el coyotero lo mantenía encerrado.
“Nos decía que le daba de comer un huevo con una taza de café. Dormía en el suelo y estuvo así unos 15 días”, detalló la ñaña de Clemente. Cuando llegó a Estados Unidos los llamó emocionado, pero eso duraría poco.
La caída
En junio, Clemente había encontrado trabajo en una constructora. Allí aplicaría sus conocimientos en albañilería, profesión que en Ecuador no le dio ningún rédito como para quedarse.
“Sabíamos que trabajaba poniendo cielo falso. Lo hizo durante seis meses aproximadamente”, detalló Dolores. Con el dinero que reunía podría pagar las cuotas mensuales de más de 700 dólares de su deuda y le sobraba para ayudar a su mamá, quien se quedó viuda hace un año y medio.
Pero el 5 de diciembre una llamada los alertó. Clemente se cayó del tercer piso de una casa cuando laboraba. Según Dolores, el jefe lo llevó hasta el hospital y lo dejó a su suerte. El azuayo estuvo en coma desde que lo internaron.
“Unos amigos lo visitaban y nos enviaban videos”, detalló la pariente. Estaba inmóvil, con sus extremidades enyesadas y con oxígeno.
Luego una prima pudo llegar a verlo y lo hacía dos veces por semana. Pero la familia, en Ecuador, estaba desesperada. Ya no contaba con dinero para pagar la deuda y tampoco para los gastos médicos.
Finalmente, aquel doloroso cuadro tuvo un triste desenlace. Dolores y los suyos recibieron la llamada que confirmaba su muerte a las 18:00 del 4 de marzo.
Ni para comer
Desde la fecha de la muerte de Clemente, su familia no ha podido contactarse con las autoridades para que los ayuden. Dolores aseguró que no tienen dinero ni para comer, mucho menos para repatriar el cuerpo.
Su madre está destrozada porque se quedó sin el sustento del primero de sus siete hijos. “La deuda nos preocupa porque es imposible pagarla. No tenemos nada”, contó el ser querido de Clemente, quien en su natal Azuay ganaba 35 dólares por semana en la construcción y en la agricultura.
Ahora, lo único que ruegan estas personas es que las ayuden a traer sus restos para sepultarlo junto a su padre. También que los socorran para pagar los 20 mil dólares que usó Clemente en su viaje, que lo llevó directo hacia la muerte.