Fernando Castillo no podía levantarse de su cama, menos hablar. Solo miraba hacia los lados para ver a cuatro seres que lo rodeaban. Eran alienígenas del planeta Atmos.

La vida de este peruano cambió en 1996 cuando, asegura, fue abducido y llevado a ese ‘mundo’ para conocer cómo conviven seres de diferentes universos y darle un mensaje apocalíptico.

Ese día se despejaron sus dudas sobre los avistamientos de ovnis que había tenido desde los 7 años. Aproximadamente a las 10:00, Fernando (actualmente tiene 78 años) estaba descansando en su cama porque a las 12:00 debía ir a trabajar.

“Los seres se presentaron y me dijeron que yo era el elegido, que estaba preparado para conocer Atmos. Traté de hablarles y de moverme, pero no pude”, relata a EXTRA sobre el encuentro con los seres, que vestían túnicas grises y sandalias.

Uno de ellos, que se paró delante de él, le habló, pero de forma telepática, a través de la mente. “A mi mente llegó que cerrara los ojos y cuando los abrí ya estaba en su nave”.

Según su descripción, los seres tenían apariencia humana, con la diferencia de que eran más altos (sobrepasaban los 2 metros), eran albinos y levitaban. En la ufología son calificados como extraterrestres nórdicos, por su semejanza con los habitantes del norte de Europa.

“El viaje fue rápido, nos trasladamos por un portal en el espacio, que es más negro de lo uno se imagina. Yo iba sentado en una silla rara, como de metal. Cuando llegamos me sorprendí porque en Atmos viven seres de diferentes partes del universo. Incluso encontré humanos”, acota.

Fernando intentó comunicarse con los habitantes, pero los atmonianos que lo llevaron no lo dejaron. Lo acompañaban como ‘guardaespaldas’. Y los residentes se desplazan volando y él no sabía hacerlo.

“Todo es diferente, con edificaciones modernas. Me enseñaron parte del planeta mientras volábamos. Ellos no comen, se alimentan de energía. También me dijeron que en Atmos viven seres de otros planetas y en paz. Incluso, ayudan a civilizaciones atrasadas, como la nuestra, para que vayan conociendo a los aliens”, sostiene.

Fernando estaba maravillado, pero no entendía por qué lo llevaron.

“Mientras caminábamos me dijeron que en un planeta como este vivirían muchos humanos luego del Apocalipsis en la Tierra. Llegarán muchas naves y se llevarán a varias personas mientras la Tierra se destruye con la erupción de todos los volcanes”.

Él no recuerda cómo regresó a la Tierra, pero ese viaje, que duró 2 horas, lo impulsó a buscar respuestas. Por ello, se especializó en la ufología y empezó a recorrer sitios con actividad alienígena en Sudamérica, como el Parque Ecológico Chirije, en la provincia de Manabí; el distrito de Chilca, en Perú; o Capilla del Monte, en Argentina.

“No sé cuándo sucederá el Apocalipsis, pero tengo que saberlo. Si me llevaron es por algo, no creo que sea solo para conocer. Desde que me pasó esto, he viajado en busca de ellos. En Chirije, Chilca y Capilla he tenido avistamientos, pero no han sido los atmonianos”, finaliza.

Acerca de este caso, el ufólogo argentino Gustavo Fernández explicó que se trata de una abducción con mensaje mesiánico.

“Es una persona contactada para trasmitir un mensaje. Las personas contactadas lo hacen con algo, pero nunca se sabe con quién y no se sabe si lo que dicen es real”, indicó.

Fernández considera que los contactos tienen una intención, pero en los casos que ha investigado no encontró un mensaje claro.

“En los testimonios nunca coinciden el nombre del planeta y el mensaje. Los contactos son reales, pero todavía no se sabe qué quieren. Ellos nos visitan, pero no sabemos para qué”.