“Antes de salir a trabajar me persigno y me encomiendo a Dios. Ser policía ha sido mi vocación desde niño, pero ahora siento temor y recelo. En menos de 15 días han matado a cuatro compañeros. Yo sé quién soy, pero no sé en qué anda la persona que está a mi lado”, manifestó a EXTRA un sargento de la Policía, quien solicitó la reserva de su identidad.

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El uniformado, de 39 años, presta sus servicios en el distrito 9 de Octubre, jurisdicción de la Zona 8 en la que laboraban los agentes asesinados. El 11 de noviembre pasado, el sargento Óscar Urgilés Delgado, jefe de patrulla del circuito Chile, fue hallado muerto en la parroquia Narcisa de Jesús, del cantón Nobol. Dos días después, en Babahoyo, provincia de Los Ríos, apareció muerto el cabo segundo Víctor Lombeida Jiménez.

El más reciente hecho se produjo la noche de este martes 21 de noviembre, cuando sujetos en moto interceptaron y mataron al cabo Héctor Barroso Cevallos, de 27 años, y al policía Danny Alexander Guanín Moreira, de 22.

Las tres últimas víctimas eran parte del Grupo de Operaciones Motorizadas (GOM). Un panfleto con una leyenda podría enlazar los asesinatos de los agentes, quienes junto a otros 720 policías formaban parte del distrito, que abarca principalmente el centro de la ciudad.

Otro uniformado, quien también pidió la reserva de su nombre, reveló que entre el personal que labora en dicha jurisdicción existe un ambiente de desconfianza y zozobra, por lo que solicitó a las autoridades policiales apoyo para que no ocurra otro hecho similar.

“Puede que alguien haya cogido algo ajeno y que haya represalias y se desquiten con nosotros. Ahora matar a un policía es como matar a un perro. Los dos compañeros motorizados eran del GOM y por eso no hacían base en un solo circuito, rotaban en el distrito. Las investigaciones determinarán qué es lo que está pasando y si realmente existe algún nexo con alguna mafia”, expresó.

Otro agente explicó que tras el reciente ataque que acabó con la vida de dos de sus compañeros, durante la formación del miércoles los oficiales a cargo dieron varias recomendaciones, con la finalidad de que puedan precautelar su integridad. “Nos dijeron que tengamos cuidado, que nuestra arma de dotación debe estar lista para disparar, que no patrullemos solos, sino en grupo y que siempre llevemos puesto el chaleco antibalas. Este distrito era uno de los más tranquilos, lamentablemente quizás por el error de algún compañero estamos pagando todos”, declaró.

EXTRA solicitó un pronunciamiento a los principales de la Policía acerca del posible nexo entre los agentes asesinados y los panfletos hallados. Hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta. “Estamos en investigación. No podemos dar veracidad, es adelantarnos”, dijo un uniformado de alto rango. 

El 26 abril de 2018 el milagreño Héctor Alfredo Barroso Cevallos cumplió su sueño de ser miembro de la Policía Nacional. Desde noviembre de 2021 prestaba sus servicios en el GOM del distrito 9 de Octubre.

Era el menor de dos hermanos y padre de una niña. Su esposa espera a su segundo bebé. Policías que lo conocieron lo recuerdan como un hombre tranquilo y enamorado de su familia. “Su hija era su adoración. No creo que haya estado metido en algo ilegal, quizás pagó por el error de otro”, expresó con pesar uno de sus compañeros.

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