“Mis amores, los voy a extrañar. No puedo creer que les pase esto a mi papá y a mi prima. No creo que me quede sin mi viejo”. Con estas sentidas palabras recordó Stefany (nombre protegido) a su papá y a la pequeña Lupita, de 9 años, dos de las cuatro víctimas mortales de una balacera sin piedad en Atacames.

El hecho, que dejó otras seis personas heridas, ocurrió la noche del pasado sábado en el sector conocido como La 13, en la entrada al barrio Nueva Esperanza, en la ciudad de Atacames, en el sur de la provincia de Esmeraldas.

Lupita estaba con su abuelo y pasaba por el sitio de la balacera cuando los proyectiles los alcanzaron, provocándoles la muerte de forma inmediata. Ambos serían víctimas colaterales de este ataque armado.

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La menor era una niña alegre y soñadora. Una de sus tías recuerda que “le brillaban los ojos” cuando contaba sus aventuras e historias típicas de su edad. “Solo pedimos a Dios que les dé consuelo a sus padres y a toda la familia. Mi sobrina tenía toda una vida por delante”, dijo una tía de la pequeña.

Según declaraciones de testigos recogidas por la policía, cinco sujetos fuertemente armados y encapuchados llegaron al sitio a las 22:00 en una camioneta y empezaron a disparar en un local de diversión ubicado junto al puente que conduce al barrio Nueva Esperanza.

Se cree que el atentado habría estado dirigido contra un ciudadano identificado como Luis Miguel, alias Conchita, quien es conocido por realizar improvisaciones musicales en lugares turísticos del cantón Atacames.

Conocidos aseguran que Conchita andaba en “malos pasos” y en varias ocasiones había intentado rehabilitarse, del consumo de drogas y de la vida delictiva, sin éxito.

Versiones de testigos dan cuenta de que el artista habría intentado huir del sitio de diversión donde se encontraba, y en ese intento los sicarios dispararon a otras siete personas que pasaban por la zona. Los cuerpos quedaron dentro del bar y otros en la calle.

En lo que va del año, Atacames registra ya 15 muertes violentas, lo que lo convierte en el cuarto cantón más violento después de Esmeraldas, Quinindé y San Lorenzo. “Atacames estaba tranquilo, estos hechos 'matan' el turismo”, aseguró un testigo del hecho que pidió no ser identificado.

Una fuente policial afirmó que la causa de esta balacera con muerte de inocentes fue ocasionada por una disputa territorial entre las bandas Los Gangsters y Los Tiguerones. “Tenemos fuertes presunciones de que se trataría de una pugna de espacios para la comercialización de sustancias sujetas a fiscalización”, enfatizó la fuente policial.