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¡‘Marcada’ para morir!
A víctima de envenenamiento la velaron ayer en su vivienda, donde apareció escrito el número 323. Un familiar cree que los pillos ‘eligieron’ su casa
El barrio La Independencia, de la parroquia Pomasqui, está alerta luego de la muerte de Rosario Vásquez, quien aparentemente fue envenenada por dos sujetos que habrían querido robar en su negocio. Incluso los pillos habrían ‘marcado’ la vivienda con un grafiti antes del crimen.
Ocurrió el martes 6 de abril en la avenida Manuel Córdova Galarza, lugar donde también organizaron el velorio ayer, miércoles. No habría sido el único caso. Mauricio López, primo de la víctima y dirigente del sector, relató que la semana pasada un hombre fue escopolaminado por robarle su camioneta.
La familia presume que esa misma sustancia les fue suministrada a Rosario y su esposo, quien está hospitalizado. Aunque, según el teniente coronel Jimmy Viteri, subcomandante del Distrito La Delicia, esa hipótesis se comprobará más adelante. “Esos son análisis que toman tiempo, no se puede determinar solo con la autopsia”, agregó.
En el informe forense se determinó que la mujer, de 45 años, murió por un edema pulmonar. Lo que sí se puede decir, según el gendarme, es que se produjo por “ingerir alguna sustancia tóxica”.
CÓMO SUCEDIÓ
En las primeras versiones, Jorge Carrera, la pareja de la víctima, dijo a los gendarmes que dos sujetos entraron al negocio de arreglo de computadoras y que les suministraron con engaños “una sustancia extraña” y que empezaron a sentirse mal.
“El esposo se había metido los dedos para vomitar al ver que mi prima también lo hacía”, contó López.
Una semana antes, la familia vio un grafiti con el número 323 en la entrada de la casa. Según experiencias anteriores, este sería un código de una banda delincuencial para asaltar las casas del sector. “Ya hemos pedido a los vecinos que en cuanto vean esos grafitis pinten las paredes enseguida”, agregó López.
Viteri confirmó que en el lugar no hubo señales de violencia ni de robo, por lo que los familiares asumen que los malhechores se asustaron al ver a la mujer en mal estado.
“Jorge está delicado, no ha terminado de recuperarse”, enfatizó el familiar.
El esposo y testigo de lo sucedido tenía custodia policial el día del crimen, pero le fue retirada “porque no hay indicios de cómo han pasado las cosas”, agregó el uniformado.
ORGANIZACIÓN
La comunidad pomasqueña no piensa quedarse con los brazos cruzados. Según López, la tarde del martes los vecinos tuvieron una reunión para planificar sus acciones y hacerle frente a los pillos.
“Hemos hecho nuestra propia inteligencia. Es una banda organizada que viene del sur de Quito”, dijo.
Decenas de casas del barrio La Independencia también han sido asaltadas con el uso de sustancias estupefacientes: los pillos aprovechan el sueño de los habitantes para colocarles escopolamina para que no despierten.
“También ha habido casos en los que tienen contacto con las víctimas y les han hecho sacar dinero de las cooperativas para entregárselos”, relató el dirigente.
Por ahora preparan plantones para exigir seguridad y la colocación de alarmas comunitarias para la defensa colectiva, mientras la investigación se alarga, según Viteri.