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Su gobierno cayó hace 18 años tras las protestas ciudadanas como parte de ‘la revolución de los forajidos’. Su partido político aún existe.Karina Defas

Lucio Gutiérrez: “El juicio político no es más que un tongo”

Fue presidente entre 2002 y 2005, pero fue derrocado por ‘la rebelión de los forajidos’. Dijo a EXTRA que el actual Gobierno no caerá como el suyo y que existen pactos entre el oficialismo y el correísmo

Lucio Gutiérrez acomoda las sillas de su despacho en la sede de Sociedad Patriótica, en el norte de Quito, y mueve los baldes que le tocó poner por las goteras.

Este exmilitar de 66 años opina sobre la situación política actual. Cree que Guillermo Lasso no ha cumplido con descorreizar la función pública y que el juicio político emprendido por la Asamblea Nacional no es más que una pantalla.

Gutiérrez también enfrentó acusaciones de corrupción en su administración, pero dice ser inocente y hasta podría asesorar al ‘presi’.

El 20 de abril de 2005 fue derrocado luego de las protestas ciudadanas concentradas principalmente en la capital. La estocada final fue el retiro del apoyo de las Fuerzas Armadas a su régimen.

¿Cómo lidiar con una fuerte oposición entre el Ejecutivo y el Legislativo?

Eso y el juicio político no es más que un tongo, un circo. Es parte del acuerdo que tiene Guillermo Lasso con Rafael Correa. Este acuerdo político se evidencia en que los correístas condenados no devuelvan la plata robada. Pero debe recordar que mal paga el diablo a sus devotos.

¿Cree usted que Guillermo Lasso está rodeado de gente capaz? ¿Qué perfiles faltarían?

Lamentablemente, el presidente creyó que manejar un país era lo mismo que manejar un banco. Gran parte de la gente que trabajaba en el banco la trajo al gobierno y no es lo mismo ser un tecnócrata que tener consciencia social, tampoco de administración pública.

¿Cuánta responsabilidad tiene el presidente en la actual debacle del país?

Toda. Le ha faltado voluntad política para luchar contra la corrupción y las mafias delincuenciales y para recuperar la plata robada. Tiene que hacerse cargo tanto de los logros como de los errores.

¿Cree usted que hay gente calentando las calles para que el presidente Lasso se vaya?

Eso no va a pasar y justamente el presidente ya me preguntaba porque ya vislumbraba este escenario de movilizaciones. Se sabe que podrán movilizar a tres millones en Quito, quemar casas, que si el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas no le quita el respaldo no pasará nada.

¿Es similar a lo que usted vivió?

Es completamente diferente. En mi caso no se movilizaron los indígenas. Nadie del pueblo se movilizó. Fueron algunas personas del norte de Quito, movidas por las oligarquías y los banqueros. Yo me metí con la familia de Febres-Cordero y eso me costó el puesto.

¿Hasta cuándo podría tener este gobierno apoyo de las Fuerzas Armadas?

Esa es una debilidad de las democracias latinoamericanas: que los generales determinan la caída de un gobierno. En este país hemos aprendido con dolor que la caída de un gobierno solo empeora las cosas. Estoy convencido de que no le van a quitar el respaldo. Estamos en la posición cero, pero con un golpe vamos a bajar a menos veinte.

¿Qué diferencias hay entre el ambiente político actual y el de su época? ¿Había ya mafias criminales enquistadas en el Gobierno?

Las diferencias son abismales. Los niveles de corrupción están en las orillas del presidente la República y de su familia. En mi época no había mafias como la albanesa cerca siquiera. Todo empezó con el gobierno de Correa, financiado por las FARC y carteles. Es un secreto a voces. Tuvo una política de gobierno a favor de los carteles de la droga y el libre tránsito en el país.