“Muchos son llamados, mas pocos escogidos”, dice el versículo 16, del capítulo 20 de Mateo. Uno de los favoritos de Julio César Litardo, de 28 años, quien lleva desaparecido un mes. Aquella cita de la Biblia fue parte de la última conversación que sostuvo con su hermana Carla, la noche antes de que se extraviara en un redondel de Latacunga, ciudad al sur de la capital.

Ese 5 de noviembre de 2020 salió de casa poco antes de las 07:00. Nadie lo vio esa mañana. Con el pasar de las horas notaron su ausencia y denunciaron su desaparición. “Él era muy pegado a la religión. Le había dicho a un familiar que quería ir a predicar la palabra de Dios antes de que empezara clases... mi ñaño estaba en los últimos semestres de la universidad”, relata Carla, mientras describe lo bueno que es el joven para la Física y las Matemáticas.

Hoy, su habitación permanece vacía, al igual que el corazón de sus padres, quienes tratan de entender la ausencia del último de sus tres hijos.

Muy creyente

Todos vivían en la misma casa, ubicada en Carapungo, en el norte de Quito. “Mi papi y mi ñaño siempre fueron muy creyentes. Somos una familia normal”, añade la joven.

Ella debió pedir vacaciones en su trabajo para continuar con la búsqueda de Julio César. Le angustia pensar en qué pudo pasar con el chico para que no volviera a casa.

Las pistas

Son escasos los indicios que ha encontrado la Policía durante la investigación. Al momento, todo lo que saben es que Julio César tomó un taxi hasta la entrada a Carapungo y luego un autobús hacia Quitumbe, en el sur de la ciudad. Allí se embarcó en una unidad que cubre la ruta Latacunga, Baños y Ambato. Ningún pasajero llegó al último destino, algunos bajaron en Baños y según el relato de los usuarios del autobús, Julio César se quedó en Latacunga.

Tanto la familia como la Policía han recorrido la zona. También sitios aledaños, incluso llegaron a Los Ríos para buscarlo por Vinces, Quevedo y Ventanas. Aún no hay respuestas.

El 1 de diciembre, el padre de Julio César cumplió años y todos en casa pensaron que ese sería el pretexto perfecto para su retorno o aunque sea esperaron que se comunicara con el progenitor para saludarlo.

En sus redes sociales tampoco hay pistas. Ni siquiera en los mensajes que cruzaba con sus allegados. “Estamos desesperados. Creemos que puede estar en la selva, por eso no se puede comunicar con nosotros”, detalla Carla.

Familia pide ayuda para ubicarlo

La última noche que Julio César estuvo en casa conversó con su hermana sobre los planes que tendrían días después. Debido al tiempo que pasaron encerrados por la pandemia, ella le propuso ir el fin de semana (7 u 8 de noviembre) al Parque Metropolitano.

Aquel plan no pudieron cumplirlo y hoy todo lo que su familia pide es que ayuden a encontrarlo. El hogar de la familia Litardo no se siente igual sin él.