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Judicial

La víctima fue velada en su vivienda, en las calles J y la 20, del suburbio de Guayaquil. Christian Vinueza

Un joven asesinado en Guayaquil presuntamente por negarse a ser de Los Choneros

La víctima es el comerciante Carlos Francisco Jara Espinoza. Tenía 20 años y era padre de familia. Su muerte ocurre luego de tres atentados

A sus 20 años, Carlos Francisco Jara Espinoza registraba dos detenciones: una por intimidación y otra por robo. Sin embargo, sus parientes sostienen que fueron errores derivados de riñas en las que él se habría inmiscuido.

“Era comerciante y a veces tenía problemas”, aseveró su hermana, quien pidió la reserva de su nombre, por temor, porque su pariente fue asesinado y, en consecuencia, la familia habría sido amenazada.

Ayer el joven era velado en su vivienda, en la J y la 20, calles del suroeste de Guayaquil.

Los parientes temen retaliaciones por una posible guerra entre grupos rivales que habitan en la zona.

Sus allegados contaron que Jara Espinoza sufrió tres atentados: dos el pasado sábado, de los que resultó ileso, y uno el lunes, cuando una bala ingresó por su garganta. La víctima falleció al día siguiente en el hospital Abel Gilbert Pontón.

“La primera vez llegaron unos cuatro tipos y empezaron a disparar cuando conversábamos afuera de la casa. Por eso todos corrimos. De ahí llegó la policía y recogieron los casquillos”, recordó otra parienta.

Tras las pericias, un patrullero permaneció en el lugar para custodiar el sector; pero apenas se retiró, los criminales habrían regresado y dispararon en contra de algunas casas. Unos vecinos, atemorizados, dijeron ayer que se trataría de un problema entre bandas dedicadas a la venta de droga.

Esto fue confirmado por familiares de la víctima. Una allegada mencionó que “sus propios amigos, con los que se crio y que hasta comieron en nuestra casa, lo mataron. Ellos se metieron a la banda Los Choneros y querían que él también formara parte, pero él siempre se negó”.

Cuando Carlos Francisco fue baleado, cerca de las 20:30 del lunes, él había salido para comprar algo de comer, pero al regresar uno de sus amigos de infancia lo esperaba. “Para despistar prendió una bengala y después disparó cinco veces. Una bala lo alcanzó (al afectado) y en el hospital no lo pudieron salvar”, detalló la ñaña.

El crimen se perpetró en las calles 21 y K, a la vuelta de la casa de la víctima. “Mi hermano llegó corriendo, lo abracé y se desplomó”, rememoró la allegada.

Los familiares esperan justicia y responsabilizan del hecho a los amigos de la víctima, entre ellos a uno apodado Tutuma. “El papá de él publicó en Facebook que ‘ahora sí comenzó la guerra’. Sentimos temor de que algo nos pase”, agregó otra parienta.

En este lugar se perpetró el asesinato. En el sector existe un fumadero. Christian Vinueza

“Odiaba la droga”

“Él no quería saber nada de droga. Ellos (los que querían reclutarlo) lo buscaban para vender droga. Él jamás quiso ser parte de eso, a pesar de que le decían que era tonto, porque esa es la única forma de progresar”, reveló una prima del fallecido.

La hermana agregó que había un motivo adicional: “él odiaba la droga”.

Al preguntar el motivo, ella contó que su hermano deja un hijo de un año, quien vivía con él porque su mamá los abandonó, a causa del consumo de sustancias estupefacientes.