‘No contaban con mi astucia’, es la famosa frase que el Chapulín Colorado, un personaje icónico de la comedia mexicana, solía decir cuando actuaba de manera inesperada ante una situación de calamidad, pero no siempre las cosas le resultaban como esperaba. De una manera similar, el presidente del Ecuador, Daniel Noboa, dejó atónita a la comunidad nacional e internacional al ordenar una incursión armada a la Embajada de México, con el objetivo de capturar al fugitivo exvicepresidente Jorge Glas Espinel, quien acababa de recibir asilo político de esa nación.

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Glas habitaba en la sede diplomática, ubicada en el norte de Quito, desde el 17 de diciembre de 2023. Había sido acogido tras expresar, ante el Gobierno mexicano, el temor por su seguridad y libertad personal. El día anterior, la Fiscalía había pedido su localización, dentro de una investigación por peculado relacionada con la reconstrucción de Manabí, tras el terremoto del 16 de abril de 2016. Tras la detención del exvicepresidente, la noche del viernes 5 de abril de 2024, el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ordenó la suspensión de las relaciones diplomáticas con Ecuador.

Para la internacionalista venezolana Karen Peláez, en el corto plazo se verán afectados los acuerdos bilaterales, sean estos por temas de economía o seguridad, entre otros. A eso se suma que no habrá una sede mexicana para cualquier tipo de trámite, por lo que si alguien tiene esa necesidad, tendría que ir a otro país de la región. La imagen del país es algo que también podría verse afectada.

Sin embargo, la especialista considera que la reacción de Noboa pudo ser parte de una estrategia pensada con antelación. Probablemente, “debió contemplar todo sobre la mesa: derechos humanos, roces con otros países, apoyo, etcétera”. También añade que el mandatario habría analizado qué ganaba con apresar a Glas y en qué se beneficiaría su imagen.

Peláez explica que la Corte Internacional de Justicia carece de fuerza coercitiva inmediata y eso lo sabría Noboa, por lo que tendría claro que, de haber algún tipo de sanción, se daría en el largo plazo. Ahora, al notar los no muchos beneficios que obtenía de México, país al que ni siquiera se podía exportar el camarón ecuatoriano, su objetivo sería ganar las siguientes elecciones.

Este año, México tiene elecciones presidenciales y, pese a eso, los opositores del oficialismo no se valieron de esta situación para atacar a AMLO. Sorprendentemente, hubo un solo sentir para condenar las acciones del Gobierno ecuatoriano, revela el especialista mexicano en Inteligencia y Seguridad, Ramón Celaya Gamboa. Quienes sí han rechazado la postura del presidente mexicano han sido algunos medios de comunicación y activistas sociales, por la injerencia que habría tenido hacia la política ecuatoriana.

Para Celaya, este es un caso complejo, porque Ecuador rompió la Convención de Viena, que prohíbe -sin que exista justificación alguna- irrumpir en recintos diplomáticos, y México, la de Caracas, al otorgar asilo a una persona acusada de un delito común y no político. Por ese motivo, será la Corte Internacional, amparada por la Organización de Naciones Unidas (ONU), la que podrá tomar una decisión.

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