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Jaime, el lustrabotas que busca a su hijo en Quito, lo vio por última vez hace 40 años
En Quito, el adulto mayor lustra zapatos. No ha visto a su hijo desde que nació. Solo sabe que sería policía
El peso de una tristeza hace ver más frágil a Jaime Hugo Ponce Palacios. Viste una gorra gris al estilo Peaky Blinders (serie de televisión inglesa) y un overol azul que protege su ropa de la cera que usa para lustrar zapatos afuera de la Fiscalía Provincial de La Mena, en el sur de Quito.
Cada mañana llega a las 08:00 hasta ese sitio en el que ha trabajado por más de 20 años limpiando el calzado de los ciudadanos. Pero en su pecho lleva una pena: no conoce a su hijo, al que vio por última vez cuando él era un recién nacido.
“Me casé joven con mi esposa y tuvimos al niño. Tendría unos tres años cuando decidimos separarnos y no me permitieron volverlo a ver”, cuenta Jaime, de 66 años, mientras alista sus accesorios para montar su pequeño negocio en la vereda.
Afirma que intentó buscarlo, pero fue infructuoso hasta que en la pandemia (hace poco más de tres años) tuvo una pista. Una cuñada, antes de fallecer por la COVID-19, le dijo que su hijo posiblemente es un policía. “Sería sargento y se llama José Renato”, dice con cierto recelo.
OFICIO Y PASATIEMPO
Para paliar esa pena, Jaime no solo se ha dedicado a lustrar zapatos, también a plasmar en la madera la habilidad que tiene como artesano. Hace pequeñas casas igual que maquetas de arquitectura.
Con paciencia, en su taller ubicado en el centro de Quito, da forma a los diminutos pedazos que luego se convertirán en viviendas o también en cocinas o armarios pequeñitos.
El dinero que logra reunir le sirve para pagar el arriendo de su taller y del cuarto donde pasa las noches pensando en su ser querido.
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ESTÁ ENFERMO
No poder abrazar a su hijo no es la única tristeza que lo embarga. A Jaime le detectaron un problema en su próstata: tiene dos hernias.
No cuenta con dinero para hacerse atender en una clínica y en los hospitales públicos los médicos no han podido frenar las molestias que lo aquejan. Por eso anhela ver a su hijo para saber si podrá echarle una mano en este duro momento.
Desde la Policía indicaron a EXTRA que lo ideal es que el señor ponga una denuncia por desaparición y que con los datos que tiene se acerque para que se realice la búsqueda.
Si en realidad se trata de un servidor de la institución, será mucho más sencillo el reencuentro, siempre y cuando ambas partes estén de acuerdo, acotaron. Ahora, Jaime espera que su historia llegue hasta su hijo para por fin darse un abrazo después de tantos años.
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