Tres ciudadanos albaneses, con la promesa de un buen botín, llegaron hasta Liborno, en Italia, para recuperar 148 kilos de cocaína ocultos en un contenedor de banano recién llegado desde Guayaquil, Ecuador.

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Pero su plan se desmoronó al instante. Mientras vigilaban el área aduanera del puerto, aguardando el momento preciso para apoderarse de la droga, fueron detenidos por la Guardia de Finanzas italiana (policía financiera y de fronteras).

La operación, llevada a cabo en colaboración con la Agencia de Aduanas y Monopolios, se basó en sólidas pistas que señalaban al contenedor en cuestión, un cargamento ilícito que tenía como destino a Suiza. Gracias a un escáner de última generación, las autoridades detectaron la presencia de cocaína oculta entre la fruta.

Los detenidos, identificados como los hermanos Ylber y Napolon Arshi, y Goliano Zhupa, no opusieron resistencia al arresto y se negaron a colaborar con la investigación. Todos ellos carecían de documentos de identidad y no tenían residencia en Italia, lo que dificultó su identificación inicial.

El cargamento de droga, valorado en decenas de millones de euros, había recorrido un largo trayecto desde el puerto ecuatoriano de Guayaquil, atravesando el Canal de Panamá y haciendo escala en el puerto de La Spezia antes de llegar a Livorno. Una vez en la terminal Darsena Toscana, el contenedor fue sometido a un exhaustivo control, que permitió descubrir la millonaria carga oculta.

Los tres albaneses, presuntamente contratados por una organización criminal para recuperar la cocaína, habrían percibido una cuantiosa suma de dinero por esta operación. Sin embargo, su plan se vio frustrado gracias a la eficaz labor de las fuerzas del orden, que lograron desarticular esta peligrosa red de narcotráfico.

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