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La cooperativa Julio Cartagena, en el norte de Guayaquil, resultó afectada durante las últimas lluvias.EXTRA

Inundaciones en Guayaquil: la ingeniosa manera de secar algunos enseres

Los colchones estaban a la vista y al sol en la cooperativa Julio Cartagena. El agua estancada superó el metro y medio en algunas partes 

La “minga”  en la vivienda de Martha Alcívar, ubicada en la cooperativa Julio Cartagena, en el sector de Juan Montalvo, norte de Guayaquil, era necesaria después de que el agua de las lluvias se estancara y superara el metro de altura en la noche del martes 1 de abril. En esta, todos 'metieron' mano y la familia completa apoyó en las tareas. ¡Hasta los colchones debieron ponerse al sol por las inundaciones!

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De esa noche de horror solo les quedan los videos, mismos que repite cuando alguien le pregunta que cómo ha estado su familia. En este, la refrigeradora aparece flotando en medio de una gran 'laguna' de agua oscura, junto a otros objetos más pequeños como vasos plásticos, fundas y cualquier adorno que se haya encontrado entre las cosas de la familia Navarrete Alcívar. 

Martha cuenta que no alcanzó a levantar sus enseres y algunos terminaron dañados, como la refrigeradora, un congelador y un colchón que se había mojado tanto que ya no tenía 'salvación'. Además, las conexiones a la energía eléctrica, según dijo, deben ser revisadas pues también quedaron sumergidas y temen que se produzca un desperfecto que provoque más daños. 

Mientras tanto, en la mañana del jueves, la mujer, que a pesar del mal rato bromea y sonríe, se mantiene en acción para tener su residencia ‘papelita’ en limpieza. “Luego de la lluvia del martes nadaron todas nuestras pertenencias; a la nevera he tenido que ‘amarrarla’. El drama volvió anoche (miércoles 2) pero en menor intensidad”, dice.

Con manguera, escoba y pala en mano ordena a Bella Navarrete, su hija, y a su nieta Denisse Mendoza cómo recoger la basura que aún se encontraba dentro de la vivienda. Ella recuerda que conforme han transcurrido los años ha tenido que rellenar el piso de la construcción pues el agua lo superaba. 

Captura de pantalla. Así quedaron algunas de las viviendas de la cooperativa Julio Cartagena.captura de pantalla

"No surtió ningún efecto el haber levantado el piso; ese día hasta instalamos una barricada de sacos de arena pero el agua la superó y no había quién la detenga. Para colmo, la planta alta es de caña y el techo se voló hace un par de semanas; o sea, el agua se nos entra por la parte superior y desde la calle", insiste. 

¿Qué dicen los demás moradores de la cooperativa Julio Cartagena?

A Martha se le suman sus vecinos y explican que su calle, de dos cuadras de extensión, se ha anegado desde hace aproximadamente siete años, cuando el cementerio con el que colinda la vía construyó un muro de gran tamaño. “Eso no permite que el agua ruede. No es normal estar así, pedimos ayuda”, dice Bella. 

Allison Tubay, otra de las moradoras, coincide con Martha y dice estar acostumbrada a la tragedia, pero que "eso no le quita que esté mal", refiriéndose a la situación. "En nuestro caso dejamos todo alzado en donde más se pueda para luego irnos a las casas de algunos familiares que están cerca. A los más pequeños debemos cargarlos. Dejamos todo desconectado, se corta el paso de energía y como que si nada", refiere la joven quien, añade, debe limpiar muy bien todo el piso. 

Ella cuenta que hace unos años la pared que hacen mención como la posible responsable colapsó durante un aguacero y, acorde a sus declaraciones, fue peor. "En ese año vimos hasta un par de cuerpos flotando por aquí. Sí, cuerpos del cementerio; nos quedamos como 'locos' al ver esa situación pero no hubo quien hiciera algo", menciona.

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El único que cree que se ha salvado de las consecuencias de las tempestades es Franklin Cevallos, pues la planta baja de su residencia estaba desocupada y ninguno de sus enseres se dañó. "Solo tuvimos el impulso de irnos al departamento de arriba (planta alta), fue como que algo nos 'habló'. En mi caso solo me quedó sucio todo el piso, pero los vecinos si han pasado bien mal", refiere.

Los habitantes aseguran que dos semanas atrás el Municipio de Guayaquil visitó la zona y prometió construir un ducto cajón; sin embargo, “hasta que se construya ya nos hemos quedado sin casa”, menciona Bella. 

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