Para el ingeniero electrónico Daniel Rodríguez no hay mal que por bien no venga. El quiteño tiene un local de servicio técnico en el que utiliza electricidad para componer artefactos y fabricar aparatos.

Sin embargo, los apagones le impiden trabajar. Pasaba horas sin hacer nada. Ni siquiera podía utilizar internet para distraerse. Pero tantas horas de ocio hizo que ‘se le prendiera el foco’ y creara una ‘solución’.

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Agarró una batería que se utiliza para alimentar las alarmas de seguridad o los cercos eléctricos. Lo fusionó con una fuente de poder que transforma el voltaje e inventó un cargador específico para los enrutadores. Esos aparatos de red que se utilizan para dirigir y gestionar el tráfico de datos entre diferentes dispositivos.

Rodríguez estuvo tres días ‘metiéndole cabeza’ a su invención. Hizo prueba y error. Analizó el voltaje, el amperaje, la duración y otros factores electrónicos para que su creación sea funcional.

Todavía no le ha puesto nombre. Su dispositivo innovador permite cargar un enrutador por más de seis horas y se recarga en tres. Funciona exactamente a 12 voltios, ni más ni menos. Con este factor no existe la posibilidad de que el artefacto se recaliente o falle alguno de sus componentes.

“Esta crisis energética obliga a uno a ser un poco creativo y, de alguna forma, tratar de ayudar a la ciudadanía con sus necesidades”, comenta Rodríguez.

El ingeniero electrónico afirma que su creación ha ayudado a muchas personas, especialmente a estudiantes que necesitan internet para hacer sus deberes o para trabajadores que deben alquilar espacios de trabajo compartidos para poder laborar.

La elaboración de este nuevo artefacto también representa un ingreso extra para Rodríguez, quien asegura que cuando llegan los apagones no puede reponer algún equipo. Ese tiempo lo aprovecha para fabricar más ejemplares.

Jairo Chasi observa detenidamente cómo el ingeniero electrónico explica a una mujer el funcionamiento de su innovación. Es profesor de una banda musical estudiantil en un colegio del norte de Quito y decidió adquirir uno de estos cargadores al ver su versatilidad.

Chasi explica que en su casa, en Llano Grande, la energía se va de 20:00 a 00:00, horas en las que él está libre y, antes de la crisis las dedicaba para avanzar en su maestría.

Sin embargo, los apagones provocaron que se atrasara en algunas materias o que no pudiera enviar tareas a tiempo. Además, la creación de Rodríguez le ayudará para enviar los comunicados o las disposiciones de los deberes a sus estudiantes.

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