Segundo día de incendios en Quito. Hay tres frentes en los que las llamas son el enemigo en común: Valle de Tumbaco, Nayón y Chilibulo. La pelea continúa. El fuego que se originó en Itulcachi, parroquia de Pifo, avanzó hacia Tumbaco y llegó al barrio La Tola Chica. Desde lejos ya se podía ver un hongo de humo que se levantaba sobre la zona poblada. Allí, las llamas asomaban ya por las rejas de los patios de las casas. Era casi imposible respirar o ver claramente.

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Una cadena humana llevaba baldes de agua hacia esos puntos. Ahí estaban bomberos, policías, agentes metropolitanos, estudiantes de la Universidad Central y sobre todo los comuneros. Ellos iban a sus casas, abrían sus canales de riego para tomar el agua y lanzarla hacia la quebrada.

“¡Salgan, por favor!”, gritaba una policía en la puerta de una de las ocho casas a las que las llamas ya habían llegado. Hombres y mujeres salieron con sus gatos, sus perros. Doña Hortensia, con sus gallinas en los brazos. “No quiero perder mis cositas, mi casa. Déjenme volver”, repetía entre lágrimas.

Funcionarios de la Prefectura de Pichincha y del Municipio le explicaban que lo mejor era quedarse afuera, que lo material se recuperaría. Hortensia, de unos 50 años, no paraba de llorar sentada en la vereda. 

María Pisún tampoco hallaba consuelo, estaba preocupada por su casa. “Vi las llamas muy cerquita, podemos perder todo”, lamentaba. Los socorristas las atendieron hasta que otros familiares se acercaron para consolarlas. “Mejor debo ir a ayudar”, se desesperaba María.

Patricia Carrillo, directora metropolitana de Gestión de Riesgos, comentó a EXTRA que el incendio en la zona es considerado de nivel 3. “Es decir que las capacidades de respuesta de la zona se sobrepasaron y necesitamos ayuda”, explicó. Al sitio llegaron dos enormes tanqueros del Cuerpo de Bomberos para contrarrestar también las llamas.

El viento no ayudaba en las labores. Mientras en un sitio lograban liquidar el fuego, en otro se volvía a prender. Se dividieron en grupos, pero en cuanto lograban apaciguar las llamas en un punto, corrían para apoyar en otro.

Carrillo comentó también que el personal de la Secretaría de Productividad evacuó a los animales de granja, los cuales representan ingresos para los comuneros. Se conoció que fueron llevados algunos a la facultad de Agronomía de la Universidad Central, que queda cerca de La Tola Chica.

También sacaron a gatos y perros que, aunque asustados, querían estar junto a sus dueños que combatían las llamas. Voluntarios y funcionarios de la Unidad de Bienestar Animal (UBA) los sacaron de la zona más peligrosa y les dieron atención veterinaria.

Las personas también fueron atendidas. Funcionarios de Pichincha Humana atendieron a por lo menos 25 ciudadanos con problemas de respiración. “También hemos atendido a personas con problemas oculares por el tema del humo y las cenizas. No hay heridos graves”, detalló Doris Echeverría, vocera de la entidad.

El alcalde de Quito, Pabel Muñoz, ha insistido en que el origen de los flagelos son las quemas agrícolas y de basura. “¡Basta de irresponsabilidad! Aquí hay gente que cree que la mejor forma de limpiar su terreno es prender fuego y quemar la basura que es producto de esa limpieza”, dijo en una de sus intervenciones.

El miércoles 4 de septiebre, una mujer fue encontrada quemando troncos de madera para la producción y venta de carbón cerca de un bosque, en el sector de Yaruquí, cerca de los incendios, por lo que fue sancionada por la Agencia Metropolitana de Control.

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