En pleno Halloween, la muerte se paseó por el barrio Martha Bucaram de Roldós, en el sur de Quito, causando terror entre sus habitantes. Tres personas fueron asesinadas y sus cadáveres quedaron regados en dos puntos de este populoso sector (ver infografía), la noche del 31 de octubre.

Se presume que en ambos hechos actuaron los mismos asesinos, según la policía. Y para hacerlo más tétrico, estos iban con máscaras de payasos. Al puro estilo de una película de terror.

El primer ataque ocurrió en la esquina de la avenida Martha Bucaram y la calle S41. Unas personas caminaban hacia un local de venta de pinchos, pasadas las 21:00 del domingo.

En el trayecto fueron interceptadas por unos sujetos armados, indicó César Zapata, comandante de Policía del Distrito Metropolitano de Quito. Aunque no se sabe exactamente cómo los abordaron, estuvo claro que los balearon, precisó el oficial.

Zapata detalló que en el sitio resultó herido un hombre, quien fue llevado a un hospital. Otros dos murieron al instante. Se trataba de José Bravo y Danny Chumo, cuyos cuerpos quedaron tendidos a poco más de tres metros de distancia entre sí.

Tras los hechos, llegaron agentes policiales y acordonaron cerca de dos cuadras para las investigaciones. La familia de Chumo apareció apenas se enteró del crimen.

“¡Ay, mijito! ¡Levántate!”, gritaba una mujer detrás de la cinta amarilla que estaba custodiada por miembros de la Unidad del Mantenimiento del Orden (UMO). Otras personas la sostenían porque no podía mantenerse en pie.

Un tío de Chumo, quien no se identificó, dijo que su sobrino había ido a jugar ecuavóley a una cancha. Al finalizar el partido, estaba regresando a su domicilio cuando ocurrió el ataque. “Presumo que el otro fallecido (Bravo) es su amigo”, indicó el pariente.

Explicó que el joven trabajaba como soldador y le gustaba hacer deporte. Lamentó que con su muerte deje en la orfandad a una pequeña niña, quien quedó bajo el cuidado de la esposa de Chumo.

Una vez levantados los cuerpos, los seres queridos del asesinado colocaron velas en su honor sobre el charco de sangre que quedó en el piso.

Disfrazados

Luego de este ataque, los mismos sujetos recorrieron un kilómetro hacia el sur, hasta el parque Latina, detalló el general Zapata. Allá, otro grupo de amigos estaba reunido.

Eran alrededor de las 22:00 cuando esos ‘panas’ estaban por irse a sus casas. “En ese momento se acercaron dos tipos que tenían caretas de payasos”, confirmó uno de los presentes, quien reservó su nombre por temor a represalias.

Aquellos tipos habrían preguntado si podían venderles drogas. Fue ahí cuando los ‘payasos’ sacaron armas y comenzaron a disparar.

Uno de los primeros en caer fue Marcelo López, de aproximadamente 38 años, quien recibió alrededor de seis tiros. Uno de estos lo hirió de muerte en la cabeza, cayendo en una calle de tierra cercana.

Otro, en cambio, corrió por su vida mientras los atacantes lo seguían para asesinarlo. Pero logró sobrevivir a la balacera. Entretanto, los ‘payasos’ salieron corriendo, contó el testigo.

Según Zapata, los tipos se movilizaban en una motocicleta y también en un carro. Mientras los agentes revisaban la segunda escena, donde estaba el cadáver de López, quien era albañil, un grupo de personas se reunió a mirar lo ocurrido.

Quisieron matar a un herido

Hasta ayer, el general Zapata informó que todo el suceso dejó a otras tres personas heridas. Dos de ellas fueron dadas de alta del hospital y solamente una sigue internada con custodia policial.

Agregó que cuando los paramédicos llevaban a uno de los afectados, la ambulancia fue interceptada por unos sujetos, quienes posiblemente quisieron matar al sobreviviente. Sin embargo, el chofer fue capaz de esquivarlos.

“Lamentablemente, estas personas (las víctimas) ya estaban seleccionadas para cometer su asesinato”, acotó Zapata. El caso se debería a una pelea por territorio para la venta de estupefacientes. Pese a todo, los fallecidos no tenían antecedentes penales.