La sangre de Carlos Vélez todavía permanece en una calle de segundo orden de Carapungo, en el norte de Quito. Los moradores se hacen a un lado para no pisar las huellas del crimen y continúan preocupados por el hecho.

Luz María Chiguano recuerda que a las 20:00 del miércoles 22 de febrero, mientras ella preparaba la comida, escuchó los gritos de auxilio del hombre. “Lloraba y suplicaba que no le dispararan. Hubo un pequeño silencio y luego se oyó una ráfaga de tiros”.

A los pocos segundos, la moradora salió y vio el cuerpo de Vélez agonizando. Según la mujer, tenía varios impactos de bala en su rostro y cráneo. “Movía los labios como queriendo decir algo, pero no pudo”.

Chiguano añade que la víctima no era un vecino de la zona y que sus familiares llegaron a las 23:00, reconocieron el cadáver y luego se lo llevaron a Medicina Legal.

INVESTIGACIÓN

El mayor José Villarroel, comandante subrogante del Distrito Calderón, señaló que, mediante información reservada, conocieron que una hora antes del crimen, la víctima habría recibido una llamada en la que le pidieron que vaya a una casa “a retirar una sustancia”. Más tarde apareció ‘tieso’.

Según las primeras indagaciones, varios sujetos llegaron en un vehículo, bajaron a Vélez, lo hicieron arrodillar y lo ejecutaron a balazos. Los agentes de Criminalística levantaron 13 indicios balísticos en la escena. Villarroel presume que los atacantes usaron pistola.

Además, se investiga si el arma utilizada para matar a Vélez habría sido empleada para cometer otros crímenes en el sector. Según la Función Judicial, la víctima tenía dos antecedentes penales por el delito de robo.

Se presume que el hecho violento respondería a una pugna de poder que existe entre grupos de delincuencia organizada que quieren controlar el expendio de estupefacientes.

INSEGURIDAD

Villarroel añadió que luego del crimen realizaron un allanamiento en el domicilio al que la víctima supuestamente fue a retirar la sustancia y encontraron paquetes de droga, dinero y cuatro celulares.

Ante esta realidad, los moradores se encuentran desesperados. Chiguano afirmó que la calle donde asesinaron a Vélez es desolada y sin iluminación. Esto, según ella, es aprovechado por los delincuentes para robar o vender droga. “Ahora hasta matan”.

Ayer, los moradores tuvieron una reunión para solicitar a las autoridades que instalen luminarias y que realicen más patrullajes en el sector. 

OTRO CASO

Un presunto delincuente fue capturado mientras se fugaba con dinero ajeno.

Según la Policía del Distrito Eugenio Espejo, el sospechoso entró a una farmacia, amenazó de muerte a la trabajadora y se llevó 244 ‘latas’.

Luego de un operativo, los agentes lo capturaron dentro de una unidad de transporte. La víctima lo reconoció y el supuesto ‘choro’ le pidió disculpas por haberla apuntado con una pistola de juguete y quitarle la plata.