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Ángel, un abuelito que no se dejó vencer por la pandemia
El hombre de la tercera edad vende tortillas de tiesto en el cantón Cayambe. Permanece en el puente Puluví durante las noches.
La edad que tiene Ángel Pilco no fue un impedimento para salir a la calle. Pese a ser un hombre de la tercera edad, su necesidad por llevar comida a la mesa de su hogar, lo motivó para emprender un pequeño negocio en Cayambe, un cantón al norte de Quito.
Con un canasto cargado bajo el brazo, cada día el hombre se para junto al puente Puluví, situado en la parroquia de San José de Ayora, y ofrece a los caminantes y conductores de vehículos que circulan por ahí sus tradicionales tortillas hechas en tiesto.
Fue la crisis sanitaria desatada tras el brote de coronavirus la que ocasionó que la situación económica de su familia se complicara. En ese momento Ángel no tuvo otra opción que colocarse una mascarilla y dejar su vivienda para comerciar el producto que asegura que tiene ingredientes naturales como harina de trigo y panela.
Hoy todo lo que pide el abuelito es que le hagan el gasto para terminar con la venta del día lo más rápido posible y no exponerse tanto al permanecer en la calle. Aunque el punto fijo en el que los comensales lo encuentran en Cayambe es el puente Puluvi, de 18:00 a 21:00, otras veces recorre el centro de la ciudad para vender sus tortillitas.
Las prepara con harina integral y siguiendo las normas de higiene necesarias. También maneja un protocolo sanitario al empacarla y colocarlas en el canasto antes de salir a venderlas. Tiene de dulce y de sal. Asegura que su producto es fresquito y que de seguro sus clientes no tendrán queja alguna.