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¡El hambre detrás de la boda VIP!
Muchos que el fin de semana ‘volaron’ de la iglesia de San Francisco han vuelto para pedir ayuda, comida y una monedita... las necesidades no se evaporan.
Carmen Ordóñez no se resiste al hambre ajena. Al menos, dos veces por semana, la mujer llena un tazón plástico con la sopita del día, del salón en el que trabaja, y camina más de dos kilómetros hasta la plaza de San Francisco, centro de Quito.
Junto al umbral de piedra de la iglesia, en la que el sábado pasado Juan David, hijo del vicepresidente Alfredo Borrero, y la modelo de Victoria’s Secret, Jasmine Tookes, se casaron, hay una veintena de indigentes.
Muchos de ellos debieron ‘volar’ de ahí mientras se desarrollaba el evento. Pero fue momentáneo. Siempre regresan. Y ayer extendían sus manos hacia los transeúntes.
Allí, Carmen los alimenta. No le alcanza para llenar los platos de todos. Pero tiene la certeza de que pone su aporte para mitigar la necesidad de la gente que está en situación de vulnerabilidad.
“Hace tanto frío hoy, que una comidita caliente les ‘cae’ muy bien. Cuando puedo también les traigo café”, explica.
La vida de Carmen no ha sido sencilla. Trabaja desde que era una muchacha y entiende lo difícil que es pasar penurias. Ha colaborado en el restaurante varios años, pero con la llegada de la pandemia perdió el empleo por varios meses. Ahora, la llaman por horas. Ese ingreso la ayuda a sostenerse económicamente.
Ella dice que el mejor pago está en los ojos agradecidos de los niños y personas de la tercera edad que ‘chupan frío’ junto a la plaza. No todos duermen ahí. Algunos llegan temprano para juntar monedas y alimentos con los que vuelven a casa a compartir con los suyos.
Una crisis muy fuerte
A Luz Moromenacho su esposo la abandonó, dejándola al cuidado de sus cuatro hijos. Antes de la crisis sanitaria ella era la única fuente de ingreso de su hogar. Sin embargo, cuando llegó el coronavirus, la despidieron. Desde entonces no ha conseguido otro trabajo en lo que sabe hacer: lavar ropa, planchar y otros quehaceres del hogar.
El día de la boda Borrero-Tookes se quedó hasta que colocaron las flores en las escalinatas de San Francisco. Luego entendió que no la dejarían permanecer allí, así que se fue a casa.
Según los comerciantes del lugar, un día antes del matrimonio, las personas en situación de calle habrían sido retiradas de la plaza. Algunas indigentes contaron que los llevaron a comer en otro sitio.
“No es justo que la ayuda solo llegue cuando les conviene. Tenemos hambre los 365 días del año. También otras necesidades”, añade.
Por lo general, Marcelo Chizaguano duerme junto a la iglesia de San Francisco. Sin embargo, el sábado debió cambiar de morada por la boda VIP. Aunque en un albergue, a veces, le dan la comida, su salud está bastante deteriorada y pide ayuda.
Hace 30 años era un comerciante, pero un asalto lo dejó sin su pierna izquierda y, por cosas de la vida, terminó en la calle. “Necesito una válvula y arreglar lo de la prótesis. Espero que alguien me vea en la prensa y me colaboren. Yo siempre estoy por aquí”, detalla.
Ellos son quienes vigilan el atrio. Ellos son quienes salieron a la luz tras la boda. Ellos son quienes necesitan no solo un día, sino todos...
La boda
Invitados
Más de 300 invitados tuvo la boda entre la modelo y el hijo del vicepresidente.
Costo
Según revistas internacionales, el matrimonio costó más de un millón de dólares. Solo el anillo de compromiso superaba los 250 mil.
Compensación
En un comunicado de la organizadora de la boda se indicó que los comerciantes de la zona recibieron una compensación por los cierres. Sin embargo, algunos confirmaron no haber recibido nada.