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Guayaquil: Parques acuáticos públicos están sin uso por supuestas reparaciones
El público no puede acceder a estas áreas recreativas desde hace varios meses por ‘mantenimientos’. El Municipio no informa cuándo las abrirá
Completamente secas y sin mantenimiento se encuentran las piscinas de varios parques acuáticos de Guayaquil. Así lo denuncian quienes viven en sus alrededores y aquellos que solían visitarlas, pero que ahora no pueden hacer uso de ellas porque no están habilitadas para el público.
Peor aún, ni de adorno sirven, porque poco a poco van quedando ‘peladas’ y sin algunos de sus accesorios, producto de la delincuencia. EXTRA recorrió las zonas acuáticas y corroboró que algunas no están funcionando.
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Una de ellas es la ubicada en el parque lineal de la avenida Barcelona y la 17, que desde hace dos años abría sus puertas de manera irregular. Dos guardias custodian el sitio y son los encargados de informar sobre la paralización del parque acuático a los padres que llevan a sus hijos con la intención de que se diviertan un rato y se den un chapuzón para refrescarse del intenso calor que soporta la ciudad; pero, lamentablemente no pueden hacerlo.
“Es una lástima que los niños no puedan disfrutar de este sitio, que era una buena alternativa de distracción para ellos, que tienen pocas opciones para divertirse en la ciudad”, indica Antonio Malavé, un padre que habita en el sector de San Pedro (frente a la ciudadela Ferroviaria), quien acostumbraba a llevar a sus dos hijos al parque acuático de la avenida Barcelona y ahora lamenta el abandono en que se encuentra.
Durante parte del 2020 y todo el 2021 esta área recreativa permaneció cerrada debido a la pandemia de la COVID-19. Desde enero de 2022 comenzó a recibir usuarios con un aforo del 75 %, por lo que el acceso al público era restringido; pero desde mayo pasado está paralizada.
Del chorro de agua ya no cae ningún líquido; los toboganes extrañan el deslizamiento de los pequeños en trajes de baños; las resbaladeras, piscinas, juegos infantiles y locales de comida están sin público. Están secas de todo.
Desde los exteriores de las instalaciones (no se permite el ingreso a nadie) se observan los baños y vestidores inhabilitados; mientras que las camineras antideslizantes están enmohecidas. Las áreas verdes que la rodean están marchitas y el alumbrado público es deficiente.
“Caminar por los alrededores del parque a partir de las siete de la noche es peligroso por lo oscuro que permanece. Los delincuentes aprovechan la situación para cometer fechorías”, manifiesta Jeremy Macías, residente de la ciudadela Bellavista, quien asegura que hace dos semanas, cuando se dirigía a su casa, estuvo a punto de ser asaltado por dos sujetos que se hicieron pasar por chamberos.
Macías cuestiona la falta de mantenimiento de toda la infraestructura del parque acuático. “Hace dos semanas la piscina estaba con agua de color verde. Ahora veo que la han vaciado para limpiarla. El Municipio debe habilitar el sitio para que vuelva a brindar alegría a los pequeños que desean bañarse al aire libre”, remarca.
EXTRA le realizó al Cabildo varias consultas al respecto: ¿Tiene previsto intervenir los parques acuáticos de varios sectores de la ciudad que no están funcionando? ¿Qué problemas tienen? ¿Por qué no se permite el acceso al público? ¿Cuándo los niños podrán volver a divertirse en estas áreas recreativas? Hasta el cierre de esta nota no hubo respuesta alguna.
Este Diario también pudo comprobar que un panorama similar presenta el parque acuático de Puerto Lisa, ubicado en el sector del mismo nombre. Allí tampoco se permite el ingreso del público, pero a pesar de eso está rodeado de basura, fundas, botellas, vasos y tarrinas de plástico, así como ropa vieja que suman al abandono en el que está sumida esta área.
Los niños no pueden entrar para bañarse porque la piscina está seca y los toboganes de plástico han perdido su color y se están resquebrajando por la inclemencia del sol y la falta de mantenimiento, según denuncian los moradores de este sector suburbano.
“Los pequeños no pueden ingresar con sus padres; pero sí lo hacen las personas en situación de calle que aprovechan la noche y el descuido de los guardias para trepar las rejas y hospedarse en el parque. Al día siguiente abandonan el sitio, pero van dejando cartones, pedazos de esponjas que usan como colchón y trapos sucios con los que cubren su cuerpo”, subraya Víctor Moscoso, dueño de una vidriería ubicada frente al área, quien asegura que muchas veces ha tenido que llamarles la atención a aquellas personas que quieren invadir la zona.
El parque acuático Viernes Santo, en el sector La Fragata, sur de la ciudad, es otro de los que no permite el ingreso a su piscina, que sí está llena de agua de un color medio oscuro en donde ‘nadan’ las hojas secas que caen de los árboles.
Diana Cedeño, Joselyn Nieto y Carlos Fuentes, quienes viven a dos cuadras del área, el jueves pasado acudieron a la piscina para darse un baño, los guardias les permitieron el ingreso, pero solo al espacio verde.
“Nos dijeron que no podíamos bañarnos porque la piscina entraría en mantenimiento. Pero eso nos dicen siempre y todavía no informan cuándo vamos a poder hacer uso del área”, puntualiza Cedeño.
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