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Quiteñazo de corazón: Cuatro platillos que deleitan a los capitalinos
Desde quesadillas hasta los famosos catzos con tostado con las delicias que satisfacen los paladares de los habitantes de la Carita de Dios
No hay festejo sin un buen plato de comida y en la Carita de Dios se vende de todo. Cuatro personajes nos cuentan los secretos de las delicias más variadas que puede encontrar el capitalino.
Las quesadillas de San Juan
En las calles Virgilio Torres y México, en el barrio San Juan, centro de Quito, se impone una tradicional golosina. Se trata de las quesadillas quiteñas. Manuela Cobo está al frente del negocio y es la tercera generación que mantiene vivo este manjar.
“Esto lo inició mi abuelo Juan Cobo León en 1935, en el barrio La Ronda, centro histórico de la ciudad. Pero en 1942 se cambió de casa a San Juan y desde entonces estamos acá”, cuenta la mujer, mientras sonriente enseña el característico postre.
La quesadilla se hace diariamente como hace poco más de 80 años: a mano, en horno de ladrillo y con mucho cariño. Manuela supervisa que los ingredientes, entre ellos el queso, sean de la mejor calidad, pero también mete mano para que todo quede perfectamente ‘reeeco’.
Los ricos dulces de la calle Rocafuerte
Una gran variedad en golosinas se muestra en la entrada al negocio El Gato, en la calle Rocafuerte, Centro Histórico de Quito. Las funditas guardan maní de sal y dulce, caramelos artesanales, habas tostadas y más.
Pero entre todos esos productos, algo se destaca. Se trata de la famosa ‘caca’ de perro, que Martha Campaña llevaba a la escuelita como colación. “Mi mamita me la hacía y luego se puso a venderla. Con los años yo me encargué de popularizarla”, narra la mujer.
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Se trata de maíz tostado cubierto con miel de panela. Justamente su color y forma han hecho que esta delicia tenga este nombre tan particular, explica Campaña.
La propietaria del negocio afirma que es fácil de hacer y por eso cada día la prepara en el mismo lugar.
Las papitas fritas de balde con salchicha
Las calles céntricas de la Carita de Dios concentran una variedad increíble de comidas típicas. Pero un quiteño que se precie de serlo siempre optará por lo más bueno, bonito y barato.
Y las papitas fritas con salchicha dentro de un balde son el mejor de los manjares para aplacar la ‘leona’ al paso. Isabel Palomo es la encargada de preparar esta exquisitez de una forma tan particular que ya es muy conocida en Quito: ella fríe las papas y el embutido mientras va caminando.
Sí, como lo lee. “Lo aprendí de una señora cuando yo vendía en la calle. Me decidí por eso y ahora las hago”. La comerciante usa carbón y sobre este coloca un tazón metálico que sirve como paila. El complemento de este platillo es el famoso ají y también su respectiva ensalada.
Los deliciosos catzos con tostado
Las periferias son los sitios ideales para recoger el principal ingrediente del platillo que vende Milton Tumbaico. “Tengo unos parientes que me ayudan y todas las madrugadas salen a buscar catzos”.
Se trata de un tipo de escarabajo. Específicamente, se usan los blancos, asegura su mentalizador. Los meses propicios son octubre y diciembre, cuando luego de cada lluvia aparecen estos pequeños insectos.
Tumbaico los prepara en su casa, luego de quitarles las patas y las alas. Hay que ponerlos en agua un día, antes de cocinarlos con sal y condimentos.
Se los complementa con el rico maíz tostado, cebolla frita y el infaltable ají. “Incluso se dice que es afrodisíaco”, cuenta.
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