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La gente utilizaba huevos para romperlos en las cabezas.Karina Defas

Feriado de carnaval: Amaguaña tiene huevos

En esta parroquia situada a 50 kilómetros de Quito se celebró el corso de flores y serpentinas. Todos aprovecharon para jugar. 

En la parroquia Amaguaña, situada a 50 kilómetros de Quito, nadie se ‘ahuevó’. En el festejo de carnaval, la mañana de ayer, no hubo frío ni miedo a la COVID, pero sí ‘full’ huevos, espuma y anilina.

Era imposible escapar de los ‘salvajes’. Apostados en las calles que conducen al centro del poblado, muchos -hombres, mujeres, niños- aguardaban a que los ‘inocentes’ pasaran con ropita seca, la cara limpiecita y el cabello bien oloroso.

No había contemplaciones, al que caía lo llenaban de espuma, anilina y huevo.Karina Defas

En un descuido, los agarraban. ¡Pobre el que caía! Lo embarraban de espuma, le ‘maquillaban’ con anilina y, para rematar, le reventaban un huevo en la cabeza. A quienes estaban cerca de los charcos, los hundían sin contemplaciones. Parecían pirañas detrás de carnadas. Y no había otra opción que cubrirse el rostro y aguantar. Respirar. Y seguir.

Pero todos gozaban. Bailaban. Bebían. Otros veían pasar una colorida comparsa con música, danza, bandas de pueblo... era el corso de flores y serpentinas, en evento ‘carnavalero’ que todos esperan con ansias.

Todos la gozaron. Disfrutaron de la celebración.Karina Defas

Ni las autoridades -policías, bomberos, agentes de Tránsito- se salvaron de aquel relajillo. Aunque sí estaban ‘pilas’ con los choros. En medio del desfile, una bronca entre cuatro. Dos tenían partidas las frentes: se habían dado con los tarros de la espuma.

Fue un caso aislado, porque la fiesta continuó y solo se escuchaban risas, niños gritando, vendedoras ofreciendo por 50 centavos tres bolsitas de ese polvo de colores (anilina) y que es tan difícil de arrancar de la piel. Pero a nadie le importaba.

Algunos residentes prefirieron ver la ‘locura’ desde las terrazas de sus casas, tomándose una cervecita. Luego del mediodía, la fiesta se calentaba, pese al cielo nublado, porque en Amaguaña ni la lluvia ni nada les iba a ‘cortar’ la ‘hueviza’.

Una de las carrozas del corso de las flores y serpentinas.Karina Defas