Exclusivo
Actualidad

Rosa no alcanzó a ver a su madre con vida. Llora por su sobrina, quien vivía con Mamá Carmencita.AAM

Familiares de la abuelita atropellada en Quito no han visto el video

Familiares de la mujer arrollada por un autobús cuentan los dolorosos momentos que vivieron tras el accidente. Hace 50 años, ella se dedicaba al reciclaje. Abogado del chofer no quiso pronunciarse.

Cartones regados sobre el piso. Sangre, gritos, impotencia... A pocos metros, agonizaba Carmen Puente. “Rosa, hija, ven”, la oyeron decir. La vida de la mujer, de 77 años, se extinguía bajo el neumático de un autobús. Ocurrió el sábado 22 de octubre antes del mediodía.

Esa mañana, Mamá Carmencita hacía su ruta como recicladora por las calles de La Villaflora, en el sur de Quito. Había cumplido con ese trayecto durante 5 décadas. Al principio, la acompañaba su esposo y, cuando él murió hace más de 18 años, ella siguió con el recorrido sola.

Hasta ese fatídico sábado cuando la abuelita fue embestida por el vehículo. Testigos dicen que el conductor no la vio. La arrastró 20 metros y se detuvo. Ella quedó atrapada debajo de la llanta delantera.

La intersección entre las avenidas Pedro Vicente Maldonado y Alonso de Ángulo se inundó de chillidos. Unos que direccionaban al chofer para que retirara el auto que aplastaba a Carmen y otros que pedían ayuda a emergencias.

Y en medio del caos, una joven se acercó a la víctima. Le tomó de las manos. Le pidió que se calmara. La ayuda estaba en camino. “Agua”, pidió Mamá Carmencita. Tenía la voz apagada. Apenas podía moverse. Sus piernas estaban destrozadas.

En cuanto Rosa supo del accidente, se apresuró hasta la escena. No alcanzó a ver a su madre con vida. Había sido trasladada en una ambulancia hacia una casa de salud del sur de la urbe. Allí, sufrió un paro respiratorio. Murió minutos después.

Rosa lamenta no haberla podido abrazar. “Es muy doloroso. Sabemos que los videos de Mamá están por todo lado (redes sociales), pero no los hemos visto. Son muy fuertes”, explica.

María del Carmen, además de criar a sus siete retoños, se hizo cargo de dos nietos que quedaron huérfanos cuando tenían 8 meses y 4 años.

Evelyn Tonato era uña bebé cuando murió su progenitora. Puente la crio como una hija más. “Vivían juntas”, lamenta Rosa. A unos pasos de su tía, la chica llora en silencio. No imagina una vida sin Mamá Carmencita.