Exclusivo
Actualidad
El drama de Jesús: el niño que perdió una mano por un explosivo en un parque de Guayaquil
Un explosivo causó la amputación de la mano de un niño en el sector de la Juan Montalvo, al noroeste. El hecho sucedió a dos bloques de su casa
A la familia de Jesús, el niño de 12 años al que le detonó un explosivo en su mano en un sector del noroeste de Guayaquil, se le suma una preocupación más luego de la tragedia: cómo costear los gastos que se han generado y que siguen creciendo en cuanto a las medicinas que necesita el menor.
Para los allegados, las tardes llenas de desesperación empezaron el viernes 22 de diciembre en el parque contiguo a la manzana 1529 de la cooperativa La Alegría, a dos cuadras de la vivienda del menor. Según sus familiares, el niño había salido a jugar pelota, como todos los días, con sus amigos.
(Te invitamos a leer: Plan Fénix: El Gobierno de Daniel Noboa entrega detalles de su plan de seguridad)
“Al ratito, nos enteramos de lo que había pasado. Al niño, el papá lo trajo en brazos y enseguida lo trasladaron al hospital Francisco de Icaza Bustamante, pero su mano ya había sido amputada por la explosión”, relató una de las tías del menor de edad, quien prefirió no identificarse. La mujer señaló su extremidad superior derecha, unos seis centímetros por debajo de la muñeca, como la zona afectada en el siniestro.
“Gracias a Dios, el niño está estable. Con un ojito ve normalmente, pero la visión del otro sí ha quedado un poquito nublada, pero él está bien”, manifestó la pariente.
Hasta el cierre de esta edición, Jesús aún se encontraba hospitalizado debido a las lesiones provocadas luego de la explosión; y su familia, por otro lado, se encontraba organizando un bingo benéfico para costear lo que todavía le falta por el tratamiento.
(No te pierdas: ¿Quién era el joven que intentó detonar un explosivo en un negocio de Guayaquil?)
“No sabemos la fecha (del bingo) porque ahorita estamos recolectando lo que los vecinos nos dan o algún conocido para poder rifar”, dijo.
Pero el estruendo de la detonación alarmó a todos, incluso a Jéssica, madre de familia de un excompañero de salón de Jesús. “Fue superfuerte el sonido, no parecía una camareta, como dicen que fue. El niño es bastante alegre y dedicado a sus estudios, nos apena”, afirmó la mujer.
El parque donde sucedió, contó otro morador, se encuentra vacío desde que explotó el artefacto. “Ni un alma anda por aquí desde ese día. Para los niños, era religión venir a jugar en las tardes”, expresó.
El capitán Hans Huerta, del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, aconseja que los niños no jueguen con pirotecnia y sugiere a los adultos a que no empleen este tipo de artefactos, evitar áreas regeneradas, postes eléctricos y solares con maleza, además de no almacenar pirotecnia al sol o lugares calientes.
¿Quieres leer más contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!