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Cuerpos extraviados fueron identificados por sus huellas y pertenencias
Laura Haga reconoció a su amado, Luis Yépez, por el anillo de compromiso. Las hermanas Ramírez Tomalá a su mamá por los rastros dactilares.
Estaba irreconocible. Por el estado de descomposición de su cadáver se habían ‘borrado’ de su rostro la nariz y los ojos. Su piel lucía traslúcida y el grosor de su cuerpo se había duplicado. Es así como ayer los familiares de Luis Fernando Yépez Peralta recibieron sus restos.
Luego de 107 días, el guayaquileño, de 45 años, recibió cristiana sepultura en el cementerio Jardines de Esperanza, en el norte de la ciudad.
Laura Haga, su conviviente, contó a EXTRA su padecimiento tras la muerte y extravío del hombre con el que compartió seis años de su vida y con quien había hecho planes de matrimonio.
“Luis Fernando era conductor de una metrovía y de un momento a otro se puso mal, el 31 de marzo lo internamos en el hospital Teodoro Maldonado Carbo, del IESS, nunca nos avisaron de su muerte. El 2 de abril nos enteramos de que había fallecido, pero su cuerpo se había extraviado. Hace 15 días lo identificamos por el anillo de compromiso y por una cicatriz en su mano derecha”, relató Laura, mientras sostenía la placa que elaboró y que luego colocó en la tumba de su amado.
Con la orden de un fiscal logró que le devolvieran el aro que Luis Fernando tenía en su mano izquierda. “Ya lo desinfecté y lo guardé, este es el sello de nuestro amor, un amor que siempre estará en mi corazón”, mencionó.
En dos meses perdieron a 7 familiares
A un metro de distancia de Laura, las hermanas Carmen y María Ramírez Tomalá pasaban por el mismo dolor, mientras aguardaban los restos de su progenitora Emilia Tomalá Villón, quien falleció el 29 de marzo pasado. Por su estado de descomposición, el cuerpo estaba irreconocible. Lo identificaron por la ropa y las huellas dactilares.
Durante dos meses tuvieron la esperanza de que Emilia estuviera viva, asilada en alguna casa de salud.
“En el hospital Teodoro Maldonado no nos dieron información de su fallecimiento, al parecer perdieron su expediente. Hemos vivido momentos muy duros porque en menos de dos meses han fallecido mi hermano, tres primos y dos tías”, manifestó Carmen.
Al fin halló la paz
Para Silvia Guzmán, poder sepultar el cuerpo de su esposo Félix Alberto Merchán se convirtió en toda una odisea.
La joven contó que a su esposo le habían colocado el nombre de otra persona, a quien ya habían sepultado y que por eso se dificultó su localización. “Existió un mal manejo de cadáveres, esto ha marcado nuestras vidas, al fin hallamos la paz”, señaló.
Finalmente, a las 10:00, fueron retirados los restos de Félix para ser sepultados en un camposanto de la ciudad.
AYUDA:
Verificación de proceso y soporte psicológico
Zaida Rovira, de la Defensoría del Pueblo, dijo que esta entidad interpuso una acción de protección, que fue concedida por un juez para que a los familiares les dieran la certeza que los cadáveres que les iban a entregar correspondían a sus seres queridos. “Estamos verificando que el procedimiento sea correcto”, explicó.
Sally Ruales, psicóloga del Cuerpo de Bomberos, indicó que durante un mes se realizará un seguimiento que permita ayudar a los familiares por el doloroso momento que atraviesan.