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¡Sueños desplomados! Los afectados correrán con los gastos de la reconstrucción
Los dueños de las casas destruidas no saben cómo enfrentar los gastos de reparación luego de la explosión en Cumbayá. Una familia quedó en la calle.
La ‘mediagüita’ de Fabiola Gualpa quedó hecha añicos. La mañana de ayer, ella miraba con nostalgia cómo los tractores y volquetas removían los escombros del espacio que fue su hogar por más de un año. Aquel pequeño departamento donde vivía con su hermano, su cuñada y sus dos sobrinos terminó en ruinas.
Una explosión ocurrida en Cumbayá, Valle de Quito, el sábado pasado, en el restaurante de al lado se llevó todos los sueños de la señora. Fabiola contó que todas las cosas que tenía las obtuvo con mucho esfuerzo trabajando en los últimos tres años. Incluso tenía un dinero ahorrado que, entre tanto desecho, no logró encontrar.
Lo que sí halló fue a su perrito Tommy, quien luego del estruendo corrió hasta la terraza para refugiarse detrás de unas maderas. Esa misma noche, la mujer agarró a su mascota y le pidió posada a una tía porque no tenía dónde dormir. Su hermano y su cuñada se quedaron en el hospital de Yaruquí esperando a que sus hijos se recuperen de las heridas.
Mientras Fabiola le intentaba dar de comer a su canino asustado pensaba en cómo recuperar lo perdido. Según ella, el monto aproximado de las cosas destruidas supera los 2.000 dólares. Ayer, un trabajador social del Municipio habló con ella para evaluar el daño material y ayudarla con un fondo.
A pocos metros de ellos, Rocío Olalla ayudaba con una pala a remover los escombros de la propiedad que se vino abajo. Ella conversaba con algunos ingenieros civiles para ver la posibilidad de una reconstrucción de la estructura, pero ellos le dijeron que la casa debe ser derrocada por completo.
La propiedad le pertenece a su abuela. En el segundo piso vivía una familia, de la cual resultaron heridos dos adultos mayores, en la planta baja funcionaba un local de comida, donde habría surgido la explosión, y en la parte trasera vivían los parientes de Gualpa.
Olalla todavía no calcula la cifra en pérdidas y lo único que pide a las autoridades es que encuentren al arrendatario para que se haga responsable de parte de los daños. El hombre no responde al celular y nunca apareció en la escena. “Nadie se imaginó que esto podría pasar, pero tiene que dar la cara para buscar una solución”.
CADA UNO, CADA UNO...
La mañana de ayer, el secretario de Seguridad y Gobernabilidad del Municipio, César Díaz, inspeccionó la zona e indicó que no se puede establecer un monto definitivo de las afectaciones porque la onda expansiva de la explosión habría llegado a 140 metros a la redonda, provocando que los vidrios de las viviendas que quedan a dos cuadras de la ‘zona cero’ se rompan.
Tal fue el caso de Jaime Garzón, quien se encontraba en el patio de su casa cuando ocurrió la deflagración.
Él hombre pensó que el estallido venía de algún transformador de luz que, con frecuencia, suelen dañarse en el sector. Sin embargo, cuando uno de sus vecinos le avisó que los vidrios de su casa se rompieron, Garzón se dio cuenta de la magnitud del accidente. En total se rompieron 14 ventanales de su propiedad. “Gracias a Dios no hubo heridos ni víctimas mortales”.
A 20 pasos de ahí, Luis Lema colocaba uno de los últimos vidrios en el tercer piso de una vivienda. El sábado pretendía entregar la obra a los propietarios pero la explosión le cogió de sorpresa y todo el trabajo realizado la última semana no sirvió para nada.
El trabajador recordó que cuando estaba limpiando la ventana sintió un fuerte viento que lo botó de la silla donde estaba parado y lo arrojó dos metros al interior de la casa.
“Fue como un huracán. En cuestión de segundos estaba en el suelo aturdido”, recordó Lema, quien tuvo golpes leves en la columna por la caída.
El propietario del inmueble intentó hablar con las autoridades para ver una forma de recuperar los vidrios rotos, pero según Díaz, el Municipio solo estaría encargado de limpiar la avenida Gabriel García Moreno, donde ocurrió el hecho. El funcionario añadió que las viviendas y los vehículos no es competencia del cabildo porque son bienes privados.
INVESTIGACIÓN
El informe del Cuerpo de Bomberos señala que el tanque de gas que habría provocado la deflagración no es el adecuado para este tipo de actividades económicas. El comandante Esteban Cárdenas explicó que se debe utilizar tanques industriales y no domésticos, como fue en este caso.
Añadió que la causa de la deflagración fue porque desde la noche anterior se habría acumulado gas licuado en la habitación y que alguien, a la mañana del siguiente día, prendió un interruptor y explotó. “Un tanque tiene 15 kilos de combustible comprimido. Es por eso la magnitud de la onda expansiva”, concluyó.
ASEGURAR LAS VÁLVULAS DE CILINDROS DE GAS
El Cuerpo de Bomberos señaló que este tipo de accidentes no solo puede ocurrir en restaurantes sino también en los domicilios.
Por eso recomiendan que, antes de irse a descansar o de terminar la actividad, se aseguren que las válvulas de gas y los reguladores de tanque estén cerradas. Así mismo, al siguiente día se deberá comprobar que no existe un olor a gas, lo que significaría una fuga del combustible.