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Estudiantes de la Universidad de Guayaquil convirtieron esquina en ‘chupadero’ público
Inseguridad, ‘pitos’ y morbosos generan las farras que se arman afuera de la U. Llegan con hieleras a vender trago y sobres con ‘polvitos’.
Con guanchaca en mano y porro en boca, algunos estudiantes de la Universidad de Guayaquil pasan sus horas libres cómodamente instalados en una jardinera junto al estero Salado, convirtiendo la calle Quisquís en un ‘chupadero’ público.
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En esta estrecha callejuela, anteriormente ocupada por locales de fotocopiadoras, restaurantes, papelerías y cibercafés, ahora el principal negocio es la venta de licores, cigarrillos e incluso drogas. La fiesta comienza el miércoles por la tarde y se extiende hasta la madrugada del sábado.
“Vienen comerciantes callejeros a vender puro (aguardiente) y otras personas que no creo que sean estudiantes (por su aspecto y edad), con esos canguros y comienzan a recibir monedas y entregar sobres”, relató un vecino del sector que prefirió permanecer en el anonimato por temor a represalias.
Fabricio Ramírez, encargado de un negocio de reparación y venta de accesorios para celulares, aseguró que el descontrol durante la fiesta a menudo termina en ‘pitos’. “Hace unos días se armó una puñetiza justo aquí (al pie del local) entre dos chicos borrachos y drogados. Hay peleas casi todos los días y todas las semanas”.
Un trabajador de la Universidad de Guayaquil, que también habló bajo condición de anonimato, señaló que la presencia de personas en motocicletas cerca del centro de estudios genera inseguridad. Además, muchos de estos individuos “son morbosos y molestan a las estudiantes y trabajadoras. Los hombres solemos acompañarlas a coger el bus por su seguridad”. Añadió que cuando sale del trabajo, alrededor de las 23:00, y pasa por la calle mencionada, “el relajo está enterito”.
Una residente de la misma cuadra agregó que el ruido continúa hasta las 03:00 y que la policía no acude, y si lo hace, no hace nada para detener el desorden.
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¿Qué hace la policía al respecto?
Un equipo de EXTRA realizó un recorrido por el lugar entre el jueves 30 y viernes 31 de mayo, y confirmó que son decenas de vendedores que llegan con hieleras llenas de botellas de vidrio y plástico, tanto de marcas comerciales como llenas de licor artesanal, y las vocean a menos de 100 metros del ingreso a la Universidad, así como la venta abierta de drogas en sobres plásticos.
A pesar de la presencia de una patrulla policial el jueves 30 de mayo alrededor de las 19:00, donde había más de cien personas bebiendo en la calle, la situación no se resolvió y la policía se retiró poco después.
Además, se observó que varios jóvenes, tanto hombres como mujeres, que habían estado consumiendo alcohol y, al parecer, sustancias, ingresaban a recibir clases en la institución educativa.
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