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Debajo del puente de Miraflores se observa cómo se vierten directamente las aguas servidas.Flor Layedra / Extra

Estero Salado de Guayaquil: el lento 'asesinato' de un icónico cuerpo de agua

La continua contaminación del afluente por parte de quienes habitan Guayaquil hizo que este cuerpo de agua ya no pudiera generar oxígeno

No aguantó más. Se quedó sin oxígeno. Luego de años en agonía, de sufrimiento y de ser ignorado, el estero Salado, ícono de Guayaquil, ha muerto. Su ‘asesinato’ fue lento, cruel. Hasta que le llegó la fecha de decir, no respira más: en abril de 2022.

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Desde entonces, la urbe porteña vive con un cadáver en descomposición, con un cuerpo de agua sin vida y al que lo sigue contaminando. El hedor sigue impregnando los lugares por los que su alma aún recorre, suplicando regresar.

Pero ¿quién es el responsable de esta tragedia? Franklin Ormaza, oceanógrafo, docente e investigador de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), apunta con el dedo a las autoridades municipales de Guayaquil. “Ellos tienen que ver con el tratamiento de las aguas servidas”. Toda el fluido que contiene el estero “es básicamente aguas servidas”.

Muchas urbanizaciones se han levantado sobre el manglar, impidiendo su flujo de agua.Flor Layedra / Extra

También son las aguas residuales de todas las industrias. “Los restaurantes, talles y otros negocios pequeños no son controlados” y afirma que todo su desperdicio va al Estero. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos, el 73,7 % del agua residual, a escala nacional, no es tratada y es vertida directamente en los afluentes.

Ese líquido no tratado se mezcla con las aguas de los ríos, quebradas, acequias de riego, canales, esteros, mar, entre otros. Luego, será utilizado para regar plantaciones, contaminar el hábitat de peces, moluscos y crustáceos. Su olor, con gases tóxicos, será respirado por las personas. También será usado para ser “tratado” para beberlo o usarlo en los domicilios y tocar su piel.

La carga bacteriana con heces fecales en el estero Salado está en los niveles más altos. El catedrático asegura que el agua del retrete tiene seis millones “de estos bichos”, el del Salado llega a los dos millones. A eso se suma la deforestación.

Pamela Campi, oceanógrafa, docente e investigadora de la Espol, advierte que tocar el agua del estero Salado es peligroso porque provoca irritación y/o alergias. Es por eso que cuando ellos realizan los muestreos del líquido lo hacen con guantes y usan mascarillas.

Ormaza asegura que ahora el estero es un peligro para todos los que vivimos en Guayaquil. Quienes habitan alrededor de él, agrega, podrían tener algún problema de salud por inhalar los gases y olores que el estero emana, sostiene el científico. De acuerdo con los estudios realizados por ellos, esta contaminación está produciendo parasitosis e infecciones intestinales graves.

El estado en el que se encuentra el estero es perjudicial para la salud.Flor Layedra / Extra

Natalia Molina, bióloga, investigadora y docente de la Escuela de Ciencias Ambientales de la Universidad Espíritu Santo, expresa que los mayores contaminantes de este cuerpo de agua son los efluentes de las aguas servidas (más que la basura que sus habitantes arrojan en él). Afirma que la ciudad tiene muchos lugares que no tienen alcantarillado.

Aunque el estero se puede recuperar por sí mismo, aseguran los científicos, pero ya se debe dejar de contaminarlo.

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