Los estados de excepción no están dando resultados. Es la conclusión a la que llegaron ciudadanos consultados por EXTRA tras emitirse –de nuevo– este recurso para supuestamente combatir la inseguridad en siete provincias.

La decisión se la tomó luego de que Daniel Noboa, presidente de Ecuador, se reunió con miembros del Consejo de Seguridad Pública y del Estado (Cosepe), en Carondelet, centro de Quito, el miércoles 22 de mayo.

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Para Antonio Amores, de 52 años, la inseguridad no ha disminuido a pesar de los decretos presidenciales. “Tiene que cambiar de estrategia para combatir al crimen. Estamos viendo que medidas tibias no funcionan ni funcionarán nunca. Se necesita analizar”.

Amores, quien labora como cambista en el norte de Quito, recuerda que los estados de excepción que se emitieron anteriormente, en el gobierno de Guillermo Lasso, no tuvieron ningún efecto positivo. “Eso tampoco pasará con el actual gobierno del presidente (Daniel) Noboa”.

Lo mismo opina Denni Utreras, vendedor de golosinas del norte. Para él, está mal la aplicación de estas medidas que son temporales. “En todo lado hay crímenes, violencia. No podemos vivir tranquilos”.

Utreras considera que la labor presidencial debe fortalecerse desde sus bases para el combate a la inseguridad. “Parece que ni con la llegada de los militares a las calles se han visto cosas positivas en nuestro favor”.

Marcel Merizalde, analista político y profesor universitario, es lapidario. “Los estados de excepción y el Plan Fénix son un rotundo fracaso. Los índices de criminalidad han aumentado. El Gobierno nacional no ha triunfado en su lucha contra las organizaciones delictivas”.

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Merizalde no comprende cómo puede nuevamente aplicarse una medida que se supone ya es inconstitucional debido a su exagerada aplicación. A su criterio, lo que se debe hacer son depuraciones profundas, como se lo ha dicho anteriormente, de las instituciones del Estado. “Y esto implica a Fuerzas Armadas y Policía Nacional para que puedan cumplir con su rol constitucional”.

Medardo Mora Solórzano, catedrático, abogado y exalcalde de Manta, coincide con los criterios ciudadanos. “El señor presidente Noboa ya no tiene que decir nada y debe actuar de inmediato. Los ecuatorianos queremos ver resultados y menos discursos”.

El analista político considera que la ciudadanía merece saber si en realidad existe o no una planificación referente al denominado Plan Fénix. Esto porque, a decir del primer mandatario, el Ecuador entró en una segunda fase en esta guerra interna, declarada en enero de este año y que señalaba a grupos narcocriminales como terroristas.

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