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Algunos prefieren ubicarse sobre las tumbas del cementerio que está a un costado de la cancha para alentar a sus equipos.Luis Cheme

En Esmeraldas, tumbas de cementerio son utilizadas como tribuna para ver fútbol

Con un padrenuestro, los habitantes de la comunidad Cupa, en el cantón Quinindé, le piden permiso a los difuntos para gritar "gol" sobre sus criptas.

Jasmín Andrade y su esposo Byron Domínguez saben que llegan tarde, por eso llevan algunas colchonetas esponjosas que les sacaron a los muebles de la casa porque lo más seguro es que solo haya puestos disponibles en los ‘palcos’ del estadio barrial de Cupa ‘Choco’ Bonilla.

Son las 15:10 del sábado 6 de agosto y sobre la cancha se siente el sol como un látigo que azota y quema. Sopla una débil brisa que no aplaca el sofocante calor esmeraldeño. El partido entre el Deportivo Cupa y Los Rayos ha empezado hace 10 minutos y los únicos graderíos están abarrotados por hombres y mujeres que alientan a sus equipos con pitos y cornetas.

Es el clásico de Cupa, un recinto ubicado a unos 90 kilómetros de Esmeraldas, en la vía E20 que conecta a la capital provincial con Quinindé. Es el duelo más esperado. Las apuestas ‘zumban’.

Jasmín y Byron llegaron apurados y ante la falta de asientos en la tribuna, se acomodaron sobre las tumbas del cementerio que está a un costado de la cancha.

Es una tradición ver los partidos desde el mismísimo aposento de los difuntos. Pero a esta pareja de esposos eso ni le va ni le viene, todo se vale para apoyar al Deportivo Cupa.

No es la primera vez que ven un juego desde estos ‘palcos’, incluso cuando eran enamorados lo hacían. “Aquí nadie lo está rozando, nadie lo está apretando ni pidiéndole permiso para pasar. Desde aquí se ven mejor los partidos”, confirma Jasmín, comerciante de 45 años.

Ella y su esposo acomodan las colchonetas sobre una tumba decorada con baldosas celestes justo detrás del arco norte del escenario.

Unos 10 metros, a un costado, Jairo Guamán y su grupo de amigos disfrutaron del encuentro. Pese a que llegó temprano, Jairo prefirió ubicarse en el cementerio.

Los panas hicieron ‘vaca’ para comprar una jaba de bielas y refrescar mientras ven el fútbol. Pero antes de acomodarse sobre las tumbas, Jairo y sus amigos rezaron un padrenuestro y pidieron permiso al difunto que habita en ese mausoleo. “Siempre vemos los partidos desde aquí, pero con respeto a los difuntos, porque estamos invadiendo su espacio, su paz”, menciona.

Diana Micolta se acomodó con su esposo y sus dos hijos en una tumba a medio pintar. Llevaron empanadas y gaseosas y armaron un pícnic, el plan perfecto para esta familia que viajó desde el recinto Cumbanchira. Todos son hinchas del Deportivo Cupa, el equipo que mueve pasiones en esta comunidad que tiene aproximadamente unos 5.000 habitantes.

En la tribuna del estadio de la comunidad Cupa no hay espacio pa' tanta gente, por eso buscan el 'palco del más allá'.Luis Cheme

“Aquí no hay bulla, no le están pitando o gritando en el oído”, dice la señora.

Para Julio Bonilla, organizador del torneo, que la gente ocupe las tumbas como tribuna revela la necesidad de ampliar el escenario deportivo. “Este torneo tiene aproximadamente 22 años de existencia, por eso es muy popular entre la gente que viene masivamente a ver los partidos con sus familias, este estadio ya nos queda pequeño”.

Termina el partido, Cupa ganó 2-0 y la celebración continúa en otro lado. Los graderíos y las tumbas quedan vacías. En el cementerio vuelve a reinar el silencio; la algarabía desaparece. Todas las almas descansan en paz.

Los aficionados buscan los mausoleos más cómodos para observar los duelos deportivos sin miedo a las lamas.Luis Cheme
Deportivo Cupa (amarillo y negro) venció 2-0 a Los Rayos en el clásico de la comunidad Cupa del cantón Quinindé.Luis Cheme