El corazón solidario de Liliam Haz es tan grande que le abrió un espacio para acoger a la familia de Marianita Coello, a quienes la creciente del río Teaone destruyó su casa y se llevó todos sus enseres.

Lilian ya no prepara los alimentos en el área de la cocina, ahora en ese lugar descansan los afectados por el aguacero que duró 12 horas el pasado 4 de junio.

La casa de madera de Marianita quedó inhabitable. La corriente del afluente desestabilizó las bases y la basura que arrastraba el agua levantó las tablas del piso. “Si no fuera por Liliam estuviéramos en la calle”, se lamenta la afectada.

“Eso me conmovió mucho, por eso apenas supe que su casita había sido afectada, me puse a sacar cosas de la cocina para brindarles alojamiento”, cuenta Liliam, quien reside en el barrio La Nueva Concordia, ubicado al sur de Esmeraldas.

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Liliam y Marianita son amigas hace 30 años. Siempre se han dado la mano mutuamente. Se conocieron cuando trabajaban en el Círculo de Lectores y desde entonces se volvieron ‘panitas’.

Marianita, su esposo y uno de sus tres hijos se alojan donde Liliam. Los otros vástagos están en casa de otros familiares, en el centro de la ciudad.

Para Marianita lo más importante que le ha dado Liliam, más allá de la posada y alimentación, es la amistad y apoyo.

“Las palabras de aliento en estos momentos son igual de importantes que un plato de comida o ropa. Nuestros estómagos tienen hambre, pero nuestro corazón está destrozado”, menciona Marianita.

Puertas abiertas

César Martínez reside en Guayaquil, pero tiene una casa vacacional en el recinto Pueblo Nuevo, cerca de la parroquia Vuelta Larga, en la zona rural de Esmeraldas. Cuando se enteró de que tres familias vecinas habían perdido sus viviendas las acogió en su propiedad.

“Sin pedirle nada, él nos ofreció su casa. Me dijo que me quede aquí hasta que pueda recuperar mi casita”, narra David Bautista.

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El portal de la casa se ha convertido en el nuevo hogar de estas tres familias, cuyas viviendas sufrieron daños totales y parciales, provocados por el desbordamiento del río Teaone. Allí han instalado los colchones que otras personas les han regalado.

David Bautista, por ejemplo, perdió sus electrodomésticos y ropa. Las paredes de su casa fueron derribadas por la corriente; solo rescató un perro y una gallina.

Carmen Calvo y sus dos hijas también están albergadas en la casa de César. Ella es quien está a cargo de la improvisada cocina que han instalado en el patio y donde preparan alimentos para unas 20 personas.

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