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El médico guayaquileño se llevará al perrito a una propiedad en Bolívar, donde hay otros cuatro canes que le harán compañía.Gustavo Guamán

La enfermedad de Santi, el perrito que salió de Carondelet

Tiene la edad de un anciano y, por eso, padece un mal que le causa dolores

Santi tiene la edad de un viejito perruno. Su hocico y sus cejas pobladas de canas delatan que la ancianidad llegó a su vida: él tiene nueve años.

Su historia se hizo pública tras anunciarse que ya no sería nunca más el residente del Palacio de Carondelet, en el centro de Quito, donde permaneció durante cuatro años. Trabajadores de ese lugar lo cuidaban pero su comportamiento y presencia ya no eran dignas de estar allí.

“Estaba en la calle Espejo (28 de marzo) y no pudimos encontrar a un tutor legal que se haya hecho cargo durante todo ese tiempo. Por eso se lo recogió y se iniciaron los trámites de adopción”, contó Francisco Viteri, secretario de Salud del Municipio.

Para chequearlo, Santi fue llevado a un centro gestionado por la Unidad de Bienestar Animal. “Los veterinarios determinaron que el perrito es un geronte, es decir, en términos de humanos, es un adulto mayor”, precisó Viteri.

El animalito es considerado de la ‘tercera edad’ y tiene artrosis.El animalito es considerado de la ‘tercera edad’ y tiene artrosis.

Con artrosis

Su historia se viralizó en redes y a su rescate llegó Eduardo Herdocia, un médico guayaquileño de 29 años que vio el caso y llamó para preguntar sobre los requisitos para la adopción. “Se habló de parámetros como lugar donde viviría, los cuidados que recibiría y demás”, contó el nuevo tutor.

El trámite no fue tan engorroso desde que Santi fue rescatado y este 31 de marzo, Herdocia recogió al can de manos de las autoridades municipales.

El animalito llegó dentro de un kennel plástico para verse con su nuevo dueño. Estaba desesperado y cuando lo sacaron, movía incesantemente su colita, pero sus pasos eran pausados.

“Cuando los veterinarios lo chequearon, se determinó que tenía dolor en sus articulaciones. Se dedujo entonces que tenía artrosis”, indicó Viteri.

El comportamiento agresivo del can se debía a su edad, ya que su condición hace que no perciba su realidad como en su juventud.

Una vida de cuidados

“Le vamos a dar todo el cariño en sus últimos años de vida”, ratificó Herdocia mientas firmaba las actas de adopción. Le indicaron un carné con todas las vacunas y los compromisos que se deben cumplir.

Entre estos, que Santi debe bajar de peso. “Es necesario un espacio amplio para que pueda hacer ejercicio”, detalló el principal de la Secretaría de Salud. La razón es que, debido a la enfermedad articular de Santi, el can sufre más con la obesidad que padece actualmente.

Además, no es óptimo para su cadera porque también está afectada por la artrosis. Con el tiempo, es posible que sufra en su movilidad, pero al menos vivirá feliz en una propiedad que tiene Herdocia en la provincia de Bolívar.