Los cuatro empleados de las carpas instaladas en la zona norte del Malecón 2000 bostezan a ratos, y a ratos buscan entretenerse con sus teléfonos celulares. De vez en cuando llega alguna persona a realizarse las pruebas PCR de Covid-19, que los saca por un momento del letargo en que ha caído esta actividad en los distintos laboratorios y puntos estratégicos de toma de test que hay en Guayaquil.

"Los pocos que llegan generalmente son personas a las que les exigen ese requisito en el trabajo o que van a viajar y que necesitan contar con la prueba", comenta uno de los que atienden en la carpa de Labsgenetic, empresa que ofrece hacer el hisopado nasofaríngeo a personas dentro de sus vehículos o que llegan a pie.

Lo mismo ocurre en el labortorio San Luis, ubicado en el sector La Aurora (Daule). Su propietaria, Mercedes Chasi, dice a este Diario que quienes se acercan al establecimiento son en su mayoría personas que andan "con rumbo a EE.UU.,  Europa, Colombia y otros países".

Uno de los pocos clientes que en estos días llegó al Malecón a pedir una prueba "al instante", porque tenía que volver urgente a los Estados Unidos, es Andrés González, de 27 años. Este mecánico automotriz, quien estuvo de vacaciones en du natal Guayaquil, recibió la mala noticia de que el resultado no se lo podían dar al momento sino al día siguiente, por lo que se alejó a buscar otro sitio donde hacérsela.

Chasi, cuyo negocio detectaba hasta 30 contagios diarios de coronavirus en los primeros meses de la pandemia, atribuye el poco interés actual en testearse, al hecho de que el país registra hoy muy pocos contagios.

"Hay gente que que dice: 'No, yo ya tengo la vacuna', pero lo aconsejable es que uno siempre tiene que estar testeándose por cualquier eventualidad, porque a pesar de que estamos vacunados podemos contagiarnos", advierte esta doctora.

En momentos en que el Ecuador brilla como uno de los países con los mayores porcentajes de su población vacunada (61 % según el presidente Guillermo Lasso) -y que acaba de iniciar la aplicación de la tercera dosis-, se respira en la gente un ambiente de tranquilidad y una sensación de haber dejado atrás los horrores de la pandemia que se vivieron a lo largo de 2020.

Al respecto, los gremios médicos y galenos independientes piden no confiarse, "porque la pandemia no ha terminado", e invitan observar lo que está ocurriendo en países que después de un tiempo están sufriendo rebrotes del mal, con altas tasas de muertes diarias. En ese sentido, exhortan a la gente a no descuidar las medidas de bioseguridad y por sobre todo, a seguir haciéndose las pruebas.

"Aquí ya no se está testeando a la población y eso es muy peligroso; y lo que es peor aún: se le ha dado carta abierta para que se vaya de feriados, reuniones de fin  de año, sin tomar mayores precauciones", sostiene Francisco Plaza Bohórquez, vocero del Colegio de Médicos del Guayas.

Plaza Bohórquez señala que hay muchos casos de gente a la que le ha dado fiebre, que se siente mal y no le presta mucha atención o lo ve solo como una gripe pasajera.

También hay personas que sufren una indigestión, sin saber que el virus se manifiesta con síntomas digestivos, por lo cual no acuden a una prueba de covid-19. Por contraparte, dice que él ha tenido varios casos de pacientes que se han testeado y les ha salido la PCR positiva.

Este Diario viene solicitando desde el lunes 8 de noviembre información al MSP sobre esta situación y qué planes tienen el Gobierno y Ministerio para lograr que esta medida de prevención vuelva a ser la regla y no la excepción. Sin embargo, hasta al cierre de este reportaje las autoridades aludidas, que pidieron enviar la consulta por correo electrónico, no han respondido. 

"NO SE HA TRABAJADO EN CULTURA DE PREVENCIÓN"

El psicólogo clínico Jorge Luis Escobar, comenta a EXTRA que la falta de interés de la gente en hacerse pruebas, es el resultado de falta de acciones por parte de las autoridades en el tema de información y reeducación de la población.

"El tiempo invertido en tratar de controlar la pandemia y no reeducar para prevenir futuras enfermedades indica que solamente actuamos o respondemos frente a un evento catastrófico y no instalamos estrategias de prevención", explica este especialista en terapia familiar y en terapia sexual de parejas.

Escobar quien actualmente lidera la Unidad de Salud Emocional en el hospital Bicentenario de Guayaquil, a cargo de la Municipalidad, sostiene que la explicación técnica y científica que le dieron a los ecuatorianos en cuanto al testeo covid no era para prevenir, sino solo para saber si tenía o no la enfermedad. Antes esta situación -acota-, las personas no van a considerar las pruebas como un hábito de vida.

Por contraparte, destaca, la mascarilla y otras medidas de prevención sí han dado buenos resultados.

"El tema de ser más reactivos que proactivos es algo cultural e hizo que la mayor cantidad de gente se enfermara y no se escaparan de esto ni siquiera los profesionales de la salud.

Escobar urge, por tanto, emprender en el país "una reingeniería de cultura sobre la salud" y "reinventarnos como sociedad y no solo estar esperando que haya una catástrofe para inducir miedo y hacer prohibiciones un rato y tener cierta forma de control. Hay que establecer nuevas estrategias, nueva forma de mirar la vida".

Bajan los costos

Por lo pronto, las empresas que ofrecen los test en su mayoría no han bajado los brazos ante la pandemia. En Guayaquil y los cantones vecinos se mantienen alertas con su personal y equipos para atender a la población. Y aseguran que hasta han colocado precios más accesibles para tratar de motivar a los clientes.

"Yo he bajado los precios, la (prueba) cuantitativa la tengo en $ 15; las cuantitativas en $ 30, el antígeno en $ 25, que antes costaba de 45 A 50, son precios cómodos", señala Chasi, respecto de su laboratorio.

La prueba cualitativa es el resultado positivo-negativo, mientras que el antígeno es el hisopado nasofaríngeo y la cuantitativa es la que viene con valores de anticuerpos que presenta la persona que tuvo covid.

"Yo misma acabo de hacérmela y tuve el 92 % de anticuerpos después de que me vacuné con la segunda dosis -explica Chasi-. Otros miembros de mi familia lograron 96 %,98, lo que es bastante. Pero, asimismo, hay gente que poniéndose la vacuna ha adquirido, 30 % o 40  % nada más".