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Ecuador sufrió 12 meses de sangre y dolor
El 2020 cierra con más de 1340 asesinatos en el país. EXTRA te recuerda los casos más sonados. Expertos no prevén buenas noticias para el nuevo año
El 2020, en estadísticas de violencia, cierra como un año bastante ‘movido’. Desde asesinatos por luchas de territorios, femicidios, envenenamientos y demás hechos criminales que han causado temor en la ciudadanía. EXTRA hace un recuento de las muertes que más conmocionaron a la sociedad ecuatoriana.
LECHE DE CADÁVER
El pasado 12 de junio, las hermanas Paulina Estefanía Cabrera Cabrera, de 26 años, y Gema Gisela Cabrera Tuárez, de 24, fueron asesinadas en el barrio El Prado, de Montecristi, en Manabí. Ambas recibieron 70 machetazos por varias personas que irrumpieron en el hogar de una de las mujeres.
El crimen ocurrió frente a dos menores de edad, uno de estos de 19 días de nacido, quien fue colocado en el seno de su tía muerta para que no llorara. El bebé fue hallado alimentándose.
Según familiares, el exconviviente de Paulina la habría amenazado si ella lo dejaba.
Las autoridades judiciales de Manabí han expedido dos boletas de captura contra Luis Alvia Bailón (exconviviente) y Jaime Javier Gamboa -ambos prófugos-. Sin embargo, allegados a las fallecidas aseguran que falta vincular a tres personas más.
CARTA LA LEYERON TARDE
Arropaditas sobre una cama yacían sin vida los cuerpos de tres menores de 15, 12 y 6 años. Ellas habrían sido envenenadas por su padre, quien, al parecer, se quitó la vida al colgarse de una viga.
El hecho ocurrió el 28 de junio en la cooperativa Isla del Valle, sector Isla Trinitaria, suroeste de Guayaquil.
Según familiares del padre de las niñas, él habría advertido que iba a matar a sus hijas y que se quitaría la vida. Así lo dejó saber mediante una carta que le entregó a una hermana de él.
Ella contó que el sábado 27 de junio su hermano, de 36 años, le entregó en una cajita las llaves de la casa, las cédulas de sus sobrinas y una carta.
La mujer no le prestó atención a la caja, pero al llegar el domingo cuando sus familiares leyeron el arrugado papel se dieron cuenta que había cumplido su promesa.
'DOÑA VENENO', DE PIFO
Un escalofriante hecho ocurrió en octubre. Una fría y calculadora mujer es considerada por la policía como la asesina en serie más temida de Quito.
Con a penas 25 años, Lissa María Caiza Caiza habría envenenado al menos 18 personas, en el barrio de Pifo, nororiente de la capital.
El hecho se conoció el 28 de ese mes cuando la sospechosa habría asesinado a su dos hijos, de 9 y 5 años, dándoles veneno.
Cuando eran retirados los cadáveres de los menores de edad, un fétido olor alertó a los agentes. Era el cuerpo de Jaime Yanchaguano (28), quien también habría sido asesinado por ‘Doña Veneno’, 10 días antes que los niños.
Durante las investigaciones se conoció que en junio pasado otro hombre que vivía en Pifo murió envenenado.
La sorpresa de los agentes de la Dirección Nacional de Investigaciones de Muertes Violentas (Dinased) fue mayor al comparar las huellas de ‘Doña Veneno’ con un vaso encontrado junto al cuerpo de Marco Escanta (48), el 11 de junio pasado.
Sus rastros dactilares estaban por todo el recipiente pequeño, lo que haría presumir que ella también le dio de tomar alguna sustancia tóxica a Escanta.
Pero no solo ellos habrían sido las víctimas de Caiza, ya que sus padres, hermanos, sobrinos y otros conocidos, también fueron envenenados por ella, solo que corrieron con mejor suerte. Las 13 personas sobrevivieron, tan solo la madre de la implicada quedó con un derrame cerebral.
Actualmente la mujer está detenida por el delito de asesinato, esto entorno a las investigaciones por las muertes de sus dos hijos. Ella espera una sentencia encarcelada en el Centro de Rehabilitación Social para mujeres de Latacunga, Cotopaxi, la misma que podría ser entre 22 a 26 años, sin contar los agravantes del delito.
Al cierre de esta edición se conoció que familiares de un quinto fallecido acudieron a la Fiscalía de Quito para denunciar a Lissa Caiza, ya que ellos sospechan que también habría sido víctima de ‘Doña Veneno’.
SANGRE EN LAS CÁRCELES
Las muertes por violencia criminal fueron las que más se cuantificaron en 2020 en todo el Ecuador, siendo Guayaquil, Durán y los Centros de Rehabilitación Social (CRS) los lugares donde más asesinatos ocurrieron.
Al menos siete motines en los CRS dejaron 51 personas fallecidas este año, hasta la tarde de ayer. Estos actos de violencia se deben a las peleas de territorios, dentro y fuera de estos centros, por el control del expendio de drogas.
El hecho violento que dejó más afectados ocurrió en agosto en el Centro de Rehabilitación Social de Varones número 1 de Guayaquil, conocido como la Penitenciaría del Litoral.
En ese caso 11 personas privadas de libertad murieron durante el cruce de balas entre reos, además 15 personas más, entre ellos varios policías resultaron heridos.
La lucha por territorios durante este año ha sido liderada por dos bandas criminales, Los Lagartos y Los Choneros, siendo los más afectados los primeros con el 80% de fallecidos, así lo indicó una fuente policial.
Otra riña dentro de las cárceles que dejó una cantidad considerable de fallecidos ocurrió recientemente, 6 de diciembre, en Esmeraldas, donde seis presos murieron por heridas con objetos cortopunzantes, entre estos dos quemados.
No se avizoran buenas expectativas para el 2021
El vicepresidente de la Asociación de Sociólogos del Guayas, Víctor Briones, señaló que el 2021 será un año complicado con respecto a los hechos violentos y delitos, esto debido a los problemas socio políticos y económicos.
“El desempleo y el aislamiento han sido las causas principales de los hechos violentos en el país. Y como continúa la problemática de la pandemia el 2021 será bastante complicado”, señaló el profesional.
Además, recalcó que lo ocurrido dentro de las cárceles podría ser un reflejo de lo que se vive en las calles, “ya que en el 2020 varios de los delitos que se cometieron fueron planificados por reos que lideran agrupaciones delictivas”, finalizó.