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El ‘duro’ del chaulafán: César Medina le pone sabor al Mercado Cuatro Manzanas
Es el duro de la comida ‘al vuelo’ en la 6 de Marzo. Sus platos dejan satisfechos a comerciantes, estudiantes y clientes del mercado
Él sabe que todos ‘caen’ o, por último, ‘resbalan’ por su sazón. César Medina, de 40 años, es el que pone el ‘toque chino’ en los alrededores del Mercado de Artículos Varios, también conocido como Cuatro Manzanas, con el chaulafán que ofrece en su carreta.
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Si él se ubica en una esquina, los comensales lo identifican así se encuentre en la opuesta, pues el olor de la comida los llama. “Aquí paran todos: clientes del mercado, gente que solo va pasando, conductores y hasta estudiantes. Nadie se queda sin probar”, dice con orgullo.
Su travesía con la comida china empezó hace dos años, cuando un conocido le vendió el negocio casi que con todo y consumidores.
“Soy de Venezuela, de la zona de Valencia, y vine en busca de mejores días. Primero vendía solo ropa en la Bahía, pero un amigo se fue a Estados Unidos y el negocio me lo dio con todo. Lo chévere es que él ya tenía establecido todo”, explica el hombre. Sin embargo, él también busca ponerle su diferenciador a la comida que prepara y lo hace colocando la mitad de un huevo duro en el arroz.
¿Cuánto cuesta el plato de chaulafán?
Su forma de servir también llama la atención: no lo hace en un plato, sino directo a una tarrina. “El plato cuesta 1,50 y se sirve al ras. La gente se va contenta con lo que pide porque está bien rellenita y, de sabor, no hay qué decir”, afirma.
Él cuenta que si llega alguien con mucha hambre, le pueden pedir una tarrina de 2 dólares, pero esa, en vez de parecer un ‘Chimborazo’ de arroz la divide en otro envase. “Lo que más hay es tiempo para atender a los clientes. Para ellos se debe estar listo y cumplir con lo que necesiten”, comenta.
Su carreta, adornada con la bandera de su país de origen, además es la que le ayuda a que el arroz se mantenga caliente hasta el momento en el que los comensales lleguen. En este porta un tanque de gas con una hornilla que le ayudan en esa tarea. Sin embargo, las salsas no pasan desapercibidas, pues salsa de tomate, mayonesa, aceite y otras más también pone a disposición de sus clientes.
“Ha sido duro como cualquier trabajo, pero se mantiene echándole ganas. Recorro esta zona desde las 11:00 hasta las 16:00 y logro vender hasta 80 platos de chaulafán al día”, finaliza.
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