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Beatriz Amaguaña revisa parte de la ropa que pudo rescatar de entre el lodo, para ver qué le puede servir todavía.Luis Cheme / EXTRA

Dramática historia: hace 8 días mujer perdió a su hijo y ahora está afectada por las inundaciones en Esmeraldas

Dolida madre pensaba en lanzarse al agua a coger sus cosas cuando veía que la crecida del río se llevaba todo. Hoy solo pide ayuda para sus nietas

La vida de doña Beatriz Amaguaña se convirtió en una verdadera tragedia en tan solo ocho días. Esta mujer, de 63 años, perdió a su hijo de 37 años el pasado martes 30 de mayo de 2023 a causa de un derrame cerebral, provocado presuntamente por la preocupación de no tener un trabajo fijo para mantener a su esposa y tres hijas.

Y como si no fuera suficiente cargar con ese dolor que aún está fresco en su corazón, doña Beatriz ahora perdió todos los enseres de su casa ubicada en el sector Los Mangos, sur de Esmeraldas, a pocos metros del río Teaone, por la inundación del domingo pasado.

“Mi hijo murió de tanto pensar en cómo comprar los libros de las hijitas y darle bienestar a su familia. Él trabajaba esporádicamente en una lavadora de carros, pero a veces no había clientes y pasaba muchas necesidades”, relata esta humilde mujer que llegó hace 40 años a Esmeraldas.

A Beatriz se le salen las lágrimas de la nada. El llanto no la deja hablar con fluidez porque se quiebra. Y no es para menos, su nuera viuda y sus tres nietas huérfanas no tienen qué comer. La creciente se llevó la cocina, la nevera, la lavadora, ollas y platos.

El agua también destruyó los muebles, cómodas y camas. Los cuadernos y uniformes de las niñas quedaron en el lodo. No pudieron sacar nada porque la naturaleza no les dio tiempo, el agua subió su nivel en cuestión de minutos, por lo que únicamente alcanzaron a salvar sus vidas, el resto se perdió.

"Yo estoy vieja y enferma, ya no puedo trabajar, por eso ruego que las ayuden a ellas. Mi hijo era su único sustento, pero ya no está".Beatriz Amaguaña, afectada por las inundaciones en Esmeraldas

Beatriz recuerda que al momento de la inundación sintió impotencia y le daban ganas de lanzarse al agua para evitar que la corriente se lleve sus pertenencias. Pero su nuera y su otro hijo se lo impidieron. “Si me hubiera lanzado, me hubiera ahogado”, reconoce. 

Hoy, Beatriz no pide nada para ella. Más bien suplica por ayuda para su nuera y para sus dos nietas, quienes quedaron sin un sustento desde la muerte de su hijo y ahora sin sus enseres del hogar y sin ropa. “Estoy vieja y enferma, ya no puedo trabajar, por eso ruego que las ayuden a ellas. Mi hijo era su único sustento, pero ya no está”, dice la mujer entre lágrimas.

Hasta ayer, Beatriz seguía limpiando su casa y tratando de salvar por lo menos el uniforme de sus nietas.Luis Cheme / EXTRA